Tú estás en Denver,
a la temperatura regular del otoño
de Denver,
caminas por alguna calle
dejando atrás las clásicas hojas
rojas o amarillas,
de Denver,
que a mí me traen el recuerdo
de mí país del sur.
Pero si tú estás en Denver
y sonríes para mí,
yo también barro con mis pies
esas hojas,
en mi otoño imaginario,
de Denver.
Rolando Gabrielli©2014
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