Un día como hoy, 7 de septiembre de 1977, Panamá selló su más grande conquista republicana: la
suscripción de los Tratados-Torrijos Carter. Han transcurrido 39 años de esta
hazaña, que nos recuerda a David, el pequeño istmo, y Goliat, Estados Unidos,
el imperio más grande de la historia humana.
Quiero festejar con
ustedes este acontecimiento, la historia y la memoria, también la construcción
de esta portentosa obra de ingeniería, que culminó con la construcción del
Canal de Panamá, la vía interoceánica que
une los continentes.
El paso estratégico
del Istmo fue soñado hace 500 años
por el emperador Carlos I de
España y V, de Alemania, iniciada su construcción por Francia y culminada la
obra por Estados Unidos en 1914.
A finales del siglo XX, después de luchas históricas, generacionales, internacionales
memorables, Panamá recuperó su principal recurso estratégico y económico, el
Canal y su zona adyacente, un total de 1.432.2 kilómetros cuadrados.
Como Corresponsal
Extranjero en Panamá, recuerdo que escribí más de 600 crónicas
internacionales que dieron la vuelta del mundo, sobre esta gesta irrepetible en
la historia, para que Panamá recuperara su patrimonio canalero y ejerciera
soberanía en todo su territorio.
El premio llegó en
doble manifestación para mí ese día 7 de septiembre cuando se suscribieron los
Tratados, que habían sido calificados de potables el 10 de agosto de ese año, y se firmarían
por fin en Washington DC. Doble acontecimiento en lo personal, porque
ese día nacería mi querida hija Paulina.
En el siglo XXI, mi querido hijo Rolando, trabajaría en la ampliación del
tercer Juego de Esclusas del Canal, culminando “la tradición canalera familiar.”
Rolando Gabrielli©2016
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