El mundo es el mundo,
ni una cuarta más,
solo su extensión,
solo una aproximación a su realidad,
el gran espectáculo
del sol solo al salir.
Por ahora estamos solos,
todo a disposición del hombre,
de su ojo escrutador,
de su instinto depredador.
Nosotros,
las circunstancias y las cosas,
las venas podridas, luminosas del atardecer,
lo que busques y tengas a bien poseer,
nada que el lugar olvide para nosotros,
la más pura recreación desde los tiempos
en que hubo una pareja nacida para pecar,
ese viejo paraíso con sus manzanas y sauces llorones,
estos díscolos inquilinos que nos heredaron el barro
y las costillas, la reproducción en serie,
muñecas rusas a escala planetaria
y sin saberlo un día con otro
se juntó el tiempo con más tiempo.
Rolando Gabrielli©2017
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