¿Se olvidó el olvido de Alfonso Alcalde,
vagabundo de un destino olvidado
o solo la muerte
tiene el coraje
de corregir a la sombra
la ausencia del
cuerpo?
Hablo de un poeta que ahora
tal vez quieran acercanos a su voz,
cuando casi ciego, pobre, perdido
en las esclavas
galeras
de sus últimos días,
partiera por su propia mano.
Rolando Gabrielli©2018
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