Ah, estas ruinas hablan por si solas
y permanecen mudas, indefensas, ruinosas
de absoluta ruindad humana,
a la intemperie, en distraída soledad.
¿Quién reclamaría sus huérfanos escombros,
frente a las ventanas vacías que alguna vez
dejaron entrar la primavera o ver en la nieve,
unas huellas inexistentes?
Frente a las ventanas vacías,
yacen las puertas derribadas,
nadie volverá a entrar o salir,
es la maldita guerra, dicen los periódicos
con sus vacuos, alegres, grotescos titulares
de victoria y muerte.
Rolando Gabrielli 2022
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