Silba, silba el tren,
viene mañana.
Qué nombre impronunciable la muerte
y detrás del pitazo sigue silbando.
Ag, ag, llega la carne
con sus dos zapatos rojos.
Infierno este es el humo de tus llamas,
baja sus maletas el invierno entre el bosque,
los rieles polacos seguirán nevados,
judíos, gitanos, comunistas, homosexuales,
discapacitados en el horror en el humo,
sin dientes ni muelas,
una camita para aferrarse a la muerte.
La muerte es un viaje,
no se cruza dos veces un mismo destino.
Un cabello, un botón, un par de muletas,
las uñas levitando,
¿es lo que veo en un guante negro
o el futuro que nos vuelve a dar la mano?
Rolando Gabrielli2024
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