La Feria del Libro de Guadalajara, que homenajea a Colombia en su 21 versión, abre a México al mundo, es el evento cultural que más proyecta globalmente a la nación azteca, aunque las nuevas generaciones privilegien el YouTube, celular y los video juegos como lecturas, la más amplia gama del entretenimiento banal, frente al libro. Colombia, con 42 millones de habitantes que leen anualmente 1.4 millones de libros, aterrizó en Guadalajara con una embajada cultural de proporciones bíblicas integrada por 30 escritores recientes, músicos, teatristas. Es una nueva generación de narradores que viaja en contravía, en una operación escape del realismo mágico garcíamarquiano, que por décadas se instaló en el mundo literario hispanoamericano y colmbiano especialmente, como una lluvia de mariposas macondianas amarillas.
Con la entrega del premio Juan Rulfo al mexicano Fernando del Paso (flanqueado en la foto por Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez), se inauguró ayer la Feria. Por lo que se ve, es un año para narradores, porque los poetas brillan por su ausencia y lo cierto es que Colombia es un país de novelistas.
Álvaro Mutis, narrador y poeta colombiano, residente en México, es el escritor invitado de honor a la Feria, el escenario más ambicioso y de interés para destacar el libro en castellano. (3.500 novedades literarias, 1600 editores y 26 mil metros cuadrados de exhibición.) Alvaro Mutis, inauguró el pabellón colombiano al ritmo del Vallenato y dijo, en unas breves palabras: "La Colombia de nuestros días es uno de los enigmas más torturantes de América Latina, que ciertamente no se resolverá con la retórica vacía y el desfile superficial de lugares comunes con los que se trata de esquivar la trágica evidencia".
Colombia es un holocausto iluminado por la tragedia y tres de sus más reconocidos escritores residen hace décadas en México: García Márquez, Mutis y Vallejo, el autor de La Puta de Babilonia y La virgen de los sicarios.
A pesar de estos esfuerzos faraónicos por rescatar el libro y la lectura, en la era digital y de la imagen, los lectores huyen del libro impreso, se refugian en las páginas de internet en el mejor de los casos, porque el coste se han incrementado notablemente y las políticas de los distribuidores son draconianas, toda la cadena, que manipula la palabra termina por alejar al usuario. En México han cerrado entre un 30 y 40 por ciento las librerías en los últimos 15 años y el 90 por ciento de los libros son de origen extranjero. Esta conversión en colombia es totalmente opuesta, pero este año se leyó 1 millón 200 mil libros menos. No alcanza al 10 por ciento la circulación de libros extranjeros.
Colombia pareciera enamorada de su pesadilla, un país donde la ficción se arrodilla ante la realidad y el tiempo circula en su rueda de madera. La guerra de ayer continúa como si los titulares fueran viejas canciones de combate. La literatura es este sueño de alas rotas. ¿Quién recoge la última sombra? ¿La puerta la cierra el viento o el hombre?
1 comentario:
Es una lastima que en estos tiempos ya no se lea como antes, sobre todo los jovenes que ya no quieren tomar un buen libro. Saludos.
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