La luna dejó de ser un enigma
hasta que alguien dijo que no era de queso,
y yo no lo creo,
una frase impensable para nuestros antepasados.
Brilla màs allá de la imaginación el espejo de la luna en el agua,
el reflejo de su luz lejana en la ciudad o en el desierto,
ahora en su marzo perfecto entre los pinos
Lo curioso es que sus cráteres diseminados en un telescopio
asemejan un queso gris , nocturno, trasnochado, ojeroso.
La luna está llena de peces y nomeolvides,
pienso en Isabella, Oli y Mía,
que merecen el mismo viaje
que merecen el mismo viaje
que tuvo Julio Verne,
nuestro antepasado.
1 comentario:
Creo que todo poeta de verdad està conectado con otro orden, se sale un poco de la mirada convencional.
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