Los medios internacionales seguramente esperaban màs de la visita del Papa Benedicto XVI a Cuba, en un mundo atizado por conflictos bèlicos, narcotráfico, corrupciòn, violencia, crisis econòmica. El encuentro del sucesor de Pedro con los hermanos Castro y el pueblo cubano, sucediò en completa calma, paz y armonìa. Las preguntas, de un distendido y curioso Fidel Castro, al Sumo Pontífice, enmarcaron la culminaciòn de la gira y jornada pastoral.
¿Què hace un Papà?, interrogò Fidel, una pregunta un tanto inegenua, filosófica, pràctica, curiosa, que podrìa hacer Saint Exupery a travès de su emblemàtico personaje, El Principito. El lìder cubano en la foto parece un monje, con su larga barba blanca y atuendo oscuro, como si viniera de escribir antiguos libros medievales.
De hecho escribe permanentemente sobre cuanto ocurre en el mundo y quizàs la pregunta està orientada a què màs podemos hacer para enrumbar y mejorar el planeta antes que sea tarde. Hablaron de cultura, religiòn, ecología, ciencia y sobre los problemas que afectan el mundo y requieren de la intervenciòn de los lìderes màs visionarios.
En 48 horas, recorriendo dos ciudades en sus extremos geogràficos, el Papa tomò un pulso físico, geogràfico a la isla, porque sus asistentes dijeron que estaba bien informado de la realidad cubana. Los 11 millones de cubanos, nacidos en la Mayor de las Antillas, fueron noticia global en medio de grandes vicicitudes mundiales, la huelga general en España, la confrontaciòn Siria, la guerra incesante en Afganistàn, las mutuas amenazas Iranì-Estados Unidos e Israel, la espada de Damocles en las dos coreas y la lista sigue y suma, con el terrible desangramiento en Mèxico, para no irnos tan lejos cerca de casa. Y la crisis econòmica del sistema financiero como un telòn de fondo oscuro que sube y baja como la bolsa de manera inquietante para miles de millones de personas.No hay una fòrmula màgica, al parecer, para detener esta montaña rusa de desafíos. Y eso que no hablamos de pobreza, desempleo, y las calamidades que el hombre empuja ciegamente por su ambiciòn, egoìsmo, consumismo, ausencia de valores verdaderos y torpeza ancestral.
De acuerdo con un vocero presencial de la reuniòn, hubo muchas preguntas de parte del lìder cubano y bromas por las edades de ambos personajes que estàn màs cerca de sumar dos siglos, tiempo que han vivido entre el pasado y el actual. Fidel le solicitò bibliografìas para apoyar sus escritos y Benedicto XVI tomò atenta nota del pedido. ¿Cuàl es su funciòn?, preguntò màs adelante el ya retirado lìder de la revoluciòn cubana.
El Papa dijo en su homilìa que Cuba y el mundo deben cambiar, y al partir dejò entrever que el bloqueo a la Isla la priva de libertad y oportunidades. Su Santidad criticò el fanatismo y la irracionalidad, dos palabras, conceptos, en que la humanidad toda se agita y parecieran expresiones de un boomerang en estos tiempos.
1 comentario:
Bien. Un escrito moderado, objetivo, aunque esa pregunta recorre el texto: Què hace un Papa?
escuchè la homilìa completa cuando estuvo en Mèxico, atendiendo a la liturgia casi como una cirugìa fina jajajaja.
Y apuntè dos cosas: Primero: Partiò de la liturgia de las horas, un ABC interesante para conectar con la devociòn, antes estos pasajes sòlo lo realizaban los aspirantes a sacerdotes o monjas, y a partir del año pasado el papa pide a la iglesia que el laico lo incorpore, son documentos que de ser oscurantistas salen a la luz. Son devocionales. Yo los conozco porque son los que utilizan los benedictinos diariamente. Segundo: El Papa luego de enumerar lo que ya sabemos del mundo, conflictos sociales, blablabla, etc que lo sabe cualquier polìtico y/o cuidadano, dice: El Mal no tiene la ùltima palabra.
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