En el Alto Manhattan,
entre los ríos Hudson y East,
frente al Central Park,
donde se reúne la memoria del jazz,
los rascacielos miran hacia los cuatro
puntos cardinales, atentos y vigilantes
bajo el cielo infinito de Manhattan,
los inconfundibles pasos de Walt Whitman
resuenan en la memoria del Alto Manhattan
y su risa amplia y generosa nos dice en sus palabras:
"ni yo ni ningún otro puede andar por ti ese camino.
Eres tú quien puede andarlo."
Allí se encuentra la Universidad de Columbia,
libre como las alas libres de estos jóvenes
que rompen el silencio y el mundo recoge sus voces:
"El que degrada a otro me degrada a mí", señala
el viejo Walt meciendo sus barbas en el Alto Manhattan.
Me parece estar escuchándolo por todo Manhattan,
en cada uno de los Estados de la Unión que recorrió
sembrando su palabra libre, conmovedora, entusiasta
y ahora detenido frente al Hudson
con sus zapatos infinitos y su sombrero,
meciéndose su barba bíblica, otoñal,
está respirando entre las multitudes,
por la ansiada justicia, la paz del Medio Oriente,
el fin de la absurda muerte de niños y mujeres.
Tan simple es la vida, nos dice y recuerda:
"Soy de todas las razas y de todas las castas
y de todos los linajes y de todas las religiones".
Nos sigue hablando el viejo Walt Whitman.
Rolando Gabrielli2024
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La poesía es un testigo de excepción de su tiempo, registra, se informa, contamina, analiza y elabora su propia visión, asume la realidad con el instrumento que tiene a mano: las palabras. Es compleja la visión de un poeta, porque está impregnada de realidad, historia, lecturas, memoria y pasión. Está llamado a interpretar el momento a través de su oficio, la poesía y como resultado, el poema.
Las Universidades norteamericanas están protestando por el genocidio en Gaza, como en tantas otras partes del mundo, la Sorbonne, Francia, los jóvenes siempre son una esperanza, un símbolo de desinterés y justicia, como ocurrió con Viet nam y sucedió el Mayo del 68 en Francia(París y Nanterre.
La juventud universitaria de Estados Unidos vuelve a hacer historia, se pronuncia de costa a costa, en su legítimo derecho de propiciar la paz, el fin de un conflicto de casi tres cuartos de siglo, para no ir más allá del tiempo.
Me he hecho acompañar de Walt Whitman, el poeta nacional de Estados Unidos, quién estaría al frente de Columbia, seguramente, clamando por la paz y la justicia en la devastada Franja de Gaza. Solo un ciego no vería que está sucediendo allí hace más de seis meses. Quienes conocen algo la historia estarían pensando en el gueto de Varsovia. Fue en abril justamente cuando un grupo de valientes enfrentó a los nazis con algunas pocas armas y alcanzó una modesta victoria. Todo lo demás fue la deshumanización, el Holocausto.
1 comentario:
Whitman Q.E.P.D
Reflexivo e interesante texto. El que sabe, sabe; el que no, Lee y aprende. Grande R Gabrielli
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