El Libreto de la nieve
La nieve tiene los ojos blancos, si no, no sería nieve. Sus ojos son dulcemente fríos, porque son de nieve. Todo lo que le rodea cuando se deja caer en invierno, es blanco-nieve. Se pone rosada, en ocasiones, de tanto frío, y creo que son sus mejillas las que nos muestran el otro color de la nieve. No dejo de pensar si el corazón de la nieve es blanco, porque el frío no le deja circular la sangre como debiera, o porque el corazón de la nieve está en reflejarnos la pureza de su belleza y encanto. Si el corazón fuera blanco, no es porque esté frío, es para compartirlo como un gran paisaje de nieve. Se sabe bella, enigmática, cálidamente fría y se sienta a conversar en un parque para que la vean caer detrás de un vental. Sabe que detrás de sus ojos viene la primavera, pero ella nos dejará su recuerdo cuando todo se renueve y la veamos alejarse sobre la montaña, más allá del ventanal. Rolando Gabrielli©2006
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