domingo, abril 23, 2006

TODO MENSAJE, MERECE UNA RESPUESTA

S
Descanso, de Mirta Narosky, argentina.

La poesía es una aproximación al asombro, al enigmático silencio, la certeza de la duda. Un poema es un poema. No hay duda. Las sandalias de la poesía no dejan huellas, sólo abren un camino. Toda prosa debiera tener un visible esqueleto poético. Las palabras son el gusano, la letra menuda que se queda con las vísceras. El poema arrastra el estigma de una dificultad inexistente. Poesía es todo lo que se mueve dentro del corazón. Un poema nunca es ciego ante los ojos de un lector verdadero. El rostro del poema, no es lo mismo que su rastro. ¿Se mira y se deja una huella? A simple vista, el camino de la poesía está empedrado de ninguna intención. El poema verdadero respira por su propia herida. Un poema que exige una, dos, tres lecturas, es un poema. Es como si fuera una circunferencia abierta al circulo de la lectura. Siempre un nuevo trazo sobre el primero. Nunca un círculo se rehace en una misma mano. Un poema sueña la realidad de su tiempo y futuro. Un poema tiene futuro cuando se olvida de la posteridad.
La poesía es mi ruleta rusa. Mi ruina, arqueología de un futuro ignorado frente al espejo. ¿La imagen se devora el sueño? No lo sé. Es una apuesta que el azar no ignora con sus dados generosos y un trébol que adivina el parpadeo de tus ojos, juega sin saber la fortuna de los números, la combinación de las palabras. Nada sabemos de antemano, es como una cerradura ciega que la misma puerta ignora. El poema habla desde el asombro y comparte una búsqueda, lo nuevo, no dicho, la poesía. Es invisible, en teoría, pero el lector sabe que hay detrás de las palabras, y cada lectura recompondrá su cuerpo, al menos el que ese lector considera como su hallazgo. Un poema contiene tanta información como la que nosotros consideremos y ésta se relaciona con otras lecturas que hemos realizado con anterioridad, como el nivel de las experiencias personales. El poema acude legítimamente blanco, sin aprehensión ante el supremo lector y sólo de él dependerá decir qué es el poema. El poema comienza a ser poema, cuando escapa del lugar común, aunque parta de él.
La poesía pareciera ser hoy el secreto mejor guardado: nadie o pocos hablan de ella. Ni siquiera los poetas. Artículo suntuario, objeto de adoración solitaria, olvidado por las editoriales, reciclado en la memoria de monjes medievales, y aún así el verso libre porfía con su presencia. La poesía no agoniza, ni está en retirada, es la sociedad, el mundo, los que se afean así mismos, se hacen incomprensibles en un lenguaje presidido por la mediocridad.
Un poema nace de su propio deseo, es cierto, pero arrastra la naturaleza de toda la poesía leída. La página en blanco es acèptica, igual para todos, aunque tiene una aureola que la hace misteriosa. El blanco no tiene principio, ni fin, como el poema que se piensa a gestar en sus primeras palabras, ideas que giran entorno a un círculo que puede cerrarse o no. Debiera ser perfecto. El poema respira en la asfixia. Ancla en el puerto que construye palabra por palabra, pero también es isla. Nace en el misterio de Babel, pero ordena su propio abecedario. Un poema es único. Puede ser el fracaso de su silencio, si nadie lo lee. Azar entre millones de estrellas, sólo deja que el polvo cubra tus sentidos, tu propia estrella.
Querido Nicolás Vega:
El tiempo es una abreviatura feroz y en algún momento de nuestras vidas debemos responder, agradecer, y ser en el otro. Sin duda que nos vamos yendo y toda apuesta tiene su final. Palabras oscuras, blancas, grises, palabras. Siento que me muerde, se me duerme el verbo en la encía. No escupo por cortesía, porque se me enfría la saliva. Es preciso guardar hasta los escombros para seguir construyendo. La palabra real siempre es una sorpresa, una invitación, un viaje, el sentido de toda exploración. Un barco que no se mueve, no cobra flete, y un poema que no se escribe,es un sueño inacabado. Nunca dejará de sorprenderme el color de las vocales y el ruido de las consonantes. Las palabras verdaderas siempre encontrarán su derrotero, por más fuerza que ejerza el silencio. El poema es la voz del poeta y de quien lo lee. No hay ley, dictadura, que pueda arrancarle la palabra a un poema. Por más que el silencio se adueñe de la vereda o de las calles, del papel impreso, la imagen.
Quiero decir que me sorprende la coincidencia de tus días en Chile, además de las palabras, los amigos conocidos por esas fechas, el mismo Pedagógico, la Facultad de Educación y Filosofía de Chile, el diálogo con los poetas y amigos, Nicanor Parra, Omar Lara y las lecturas, la amistad definitiva con los libros y las palabras. A Floridor Pérez, poeta de Mortandad, en Los Ángeles, Chile, lo conocí en ese paso borroso de la imagen antes del infierno y después supe más de su historia. Siempre lo leo.
Parra y La Reina, donde la Cordillera de los Andes, tutela en verdad Santiago de Chile y su poesía es roca nevada. Allí dictaba su cátedra de lo popular, el Anipoeta, sembrado en la tierra, con su mirada de viejo zorro chillanejo, reiventando la audacia en la poesía, soplando su propio viento sobre el viento. La modesta casa de madera del profesor con cara de boxeador golpeado, que prácticamente asumió el papel de enfermero de la poesía. Alguien le dijo a Nicanor que la poesía estaba en cuidados intesivos. Que se requería de una nueva retórica, porque en evrdad, eso es poesía, una nueva retórica. Y él, lo único que se propuso, en principio, fue matar al padre. No ha sido el único. Es largo el historial de parricidas en la historia del Arte.
El poeta le copia a su inmenso Yo, diseminado por un campo de minas. Allí nace el Verbo de cristal y detona. Mi retórica es mi estilo. Tanto se aventura en la palabra, que sólo dejamos una señal, pero eso es la poesía, nos dice R. Char. Pienso en los que abandonaron la poesía y la vida, unos antes y otros después, la dimensión de la muerte se la cobra finalmente la vida. Un último duelo con la realidad o lo que el espejo no puede reflejar más allá de lo que ve. Rimbaud, Trakl, Esennin, Celan, los de Rokha y otros asesinados, como Federico García Lorca.
Floridor Pérez se jugó el pelljejo en un tablero de ajedrez, en al época más irracional de Chile. Época en que todos los pasos eran hacia el vacío. Si el propio Dante fue expulsado de Florencia. Las palabras evocan recuerdos y la memoria se encarga en este minuto de ver el río Calle- Calle, Valdivia, el Sur. Trilce, Omar Lara, Luis Oyarzún, este tiempo y otro, el viejo tren del Sur, la juventud sobre un andén que vuela. Huidobro, Santiago, Neruda, el Sur y la Mistral, el Norte. Chile, que es Loca Geografía, distribuyó bien su geografía poètica. Parra está en el centro Sur y de Rokha, en el Valle Central. Rojas en el Sur, como Teillier, Rolando Cárdenas, Arteche, Juvencio Valle, Barquero. Hahn en las afueras de Santiago y Lihn también en la capital, como Millán, Uribe Arce, Silva Acevedo, Cuevas. La lista es tan larga como la Cordillera. Que no se nos olvide Díaz Casanueva, Rosamel del Valle y Anguita. Waldo Rojas también es del Sur. Un nombre, saca otro nombre, un recuerdo, la memoria se convierte en esponja. Chile y nuestros clásicos inevitables, los fantasmas personales, Los Malditos compartiendo las madrugadas, bancos de los parques, los patios de la Universidad, a hurtadillas en los colegios. Y tantas otras lecturas vendrían y después los libros prohibidos, quemados. La memoria sobrevive, Virgilio, Goethe, Darío, Dante, Nervo, los que nombras y faltan, los que van quedando, y son. La poesía, la primera palabra, sube a nacer conmigo, hermano... RG.
Querido Rolando Gabrielli: No sólo te digo que tus escritos me gustan, sino que también me hacen pensar por su profundo contenido filosófico y ético. Y algo más: los leo, porque aprendo de tu estilo. Manejas el idioma, como aquellos que han construído sus propias herramientas y por eso se les puede llamar con propiedad, escritores. Porque de eso se trata: "escribir" significa que el que escribe, ha logrado encontrar su propio lenguaje y no le está copiando a nadie.
A mí me fascinan tus poemas. Y creo tener una intuición especial frente a la poesía. Siempre me he relacionado, por instinto con poetas. Fui companero de banco en la educación media, de Floridor Perez y no me canso de leerlo hasta la fecha; conocí a los integrantes del grupo Trilce en Valdivia; entre el 62 y el 65 mantuve una intensa amistad personal con Nicanor Parra, donde nuestras conversaciones en su casa de La Reina, eran alrededor de la poesía en general y alrededor de su concepción de la literatura. Me hizo entender la profunda sabiduría de la poesía popular.
Conozco y he participado en Seminarios universitarios, sobre la poesía de Neruda, tanto en Chile como en Alemania (Universidad de Göttingen, bajo la dirección del conocido romanista Jürgen von Stackelberg).
Comencé mis estudios universitarios en Valdivia, participando en Seminarios dirigidos por Hugo Montes que se doctoró después en Heidelberg en la poesía de Huidobro, Mistral y Neruda. En mis estudios de Latín (en la Universidad Católica de Valparaíso), tuvimos que traducir y estudiar a Catullo; tuve hasta la "patudez de leer a Virgilio en su traducción castellana (Las Bucólicas y la Eneida); me he leído la Divina Comedia, en su original italiano, y su traducciones paralelas al castellano y al alemán, con notas incluídas); La Ilíada y la Odisea completa traducida al Castellano y algunos fragmentos originales en griego clásico y entre otras cosas, me he leído (en la cárcel de Osorno) toda la poesía de Goethe en su idioma original y tengo una colección de Cds, con poesía recitada, de la literatura clásica alemana. El Fausto de Goethe, lo he visto unas cinco veces en la escena teatral en sus diferentes modificaciones. Sin olvidar a Amado Nervo, R. Darío y al cura poeta nicaragüense Ernesto Cardenal. Bueno paremos de contar, porque la lista es larga. Me sé de memoria varias milongas y poemas de Borges, y he descubierto en ellos el contenido y la estructura de la poesía clásica latina . Entonces habría que preguntarse: ......por qué cresta, entonces me gusta también tu poesía?; por qué cresta me gustan tanto tus escritos en prosa?........La respuesta no la pueden dar los "chantas".


Nicolás Vega


No hay comentarios.: