La ciudad es el cuerpo que la bella reproduce
y encandila detrás de un espejo que la retrata
como si un gran ventanal expusiera su espíritu
aparentemente su silueta de ángel en vitrina
bajo el ojo voyerista de los rascacielos
Solo ella se ve y vuelve a recrear
En la imaginación del poema
Una prueba de la palabra
Y de su fe en la carne.
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