1
Asoman por todas partes si los vieran,
sus cuerpos se arrojan a los caminos,
pajaritos bajo la lluvia caen del cielo
inocentes pichones aves sin nido,
bajo cielos negros, vuelan,
solo vuelan con sus precarias piernas,
migran las familias y sus desesperadas
mochilas de esperanza, desconocen su destino,
frente a los muros, vidas que quedan
en el camino, allí sobre la nada,
donde crece la hojarasca,
de los días sin cimiento que solo pasan,
crecen al viento de estos tiempos
con sus pies de barro
y los pueblos cruzan su propia muerte,
la mar, la muerte que les lleva al fondo
de sus aguas mediterráneas,
son cuerpos negros sin puerto,
ríos y caminos de incierto destino.
2
Quién derribará los muros sino las multitudes
y llegarán tal vez a las grandes ciudades,
a fundar la vida que les negaron
sus tierras colonizadas.
Fronteras inútiles advirtieron
hace mucho los profetas,
castillos de arena, silenciosos abismos
en el aire de la nada, paisajes que viajan
en los cuerpos y la memoria de las ánimas vivas,
sin territorios que habitan en silencio
y seguirán el viaje que otros iniciaron.
¿Quién podrá detener la mancha humana,
con sus nuevos y futuros estandartes
sobre los ciegos puntos cardinales?
Los mapas del mundo están cambiando,
los muertos sin geografía van
abriendo caminos,
son raíces profundas a la deriva,
trabalenguas del más allá,
hablan de guerras pasadas,
muertes futuras, sus voces muertas
conversan en la penumbra,
los salvados de la oscuridad.
3
Y qué nos queda por decir, preguntas,
casi nada, después de todo, nada,
los archivos darán cuenta tal vez,
los arqueólogos descifrarán la historia
de los huesos de la tierra, razas extinguidas.
Las ciudades muertas ni siquiera olerán
a orines, basura putrefacta,
desechos de información falsa.
No quiero escuchar esta canción,
me vuelves a decir,
la piedra hace silencio
antes que la pises.
4
La sangre es un río de sangre
que atraviesa las horas ciegas
y los viejos cuervos acechan,
vuelan en sus altas copas
alrededor de lunas de fuego.
No me hables del Apocalipsis predicador,
detrás de cada palabra un sermón,
montañas desoladas de voces sin sentido
Nos hemos quedado sin palabras, amor,
en estos juegos de guerra, nosotros,
los simples mortales perderemos
inevitablemente la vida.
Amapolas rojas bañarán los valles
de las inconquistables montañas.
Rolando Gabrielli 2022
------------------------------------------------------------------------------
A los miles de muertos que buscaban el Sueño Americano, que se ahogaron en las aguas del Mediterráneo, en las fronteras alambradas de Europa, atravesando la selva del Darién, frente a tantos muros, bajo el terror de la pobreza...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario