México, México
Hace diez
años escribimos y publicamos estos poemas en el Blog y a nivel internacional.
Asimismo, describimos el complejo y caótico panorama mundial, que ha resultado
ser fiel copia de lo que estamos viviendo. La historia, lamentablemente, se
repite y pareciera que no nos damos cuenta. En ese entonces habíamos puesto el foco en
la desaparición de los jóvenes 43 normalistas de Ayotzinapa, México, que aún siguen con paradero desconocido. Hoy el espejo nos amplía el terror al Medio Oriente y áreas adyacentes.
La
masacre en la Franja de Gaza, Palestina, los crímenes de la yihad en Siria,
Irak, Kobane, la matanza de los caricaturistas franceses en París, los miles
de muertos en Ucrania, el ciclón verbal de la nueva Guerra Fría (EU-Europa,
Rusia), la crisis europea, los diálogos de paz de Colombia, la apertura
cubano-norteamericana, todas las muertes diarias del mundo, no han logrado
opacar la gran tragedia mexicana y el emblemático caso de los 43 normalistas
desaparecidos de Ayotzinapa.
México
(in)mortal
Los
muertos de México
Los
muertos de México tienen luz propia,
iluminan con sus voces un camino nuevo.
Irrumpe su coro silencioso
el discreto silencio de México,
donde habitan y viven sus almas.
Sus canciones nos recuerdan viejos tiempos,
inolvidables raíces de los antepasados.
Van en otros cuerpos,
entrando y saliendo de México,
vivos, renovados, alegres,
siempre silbando,
por un mejor porvenir.
Aquí
se muere
Aquí se
muere de verdad y vicio,
se nace para un mismo oficio: morir.
A cielo abierto se abren fosas
con hornos y silencio crematorio.
Nadie despide a los muertos.
Asesinos desalmados viajan
como ángeles de la muerte
al infierno,
en sus propias naves,
sin ser vistos,
en todo México.
Qué
saben dónde duele el dolor
Qué saben
dónde duele el dolor,
la muerte es mexicana y anda solita viendo
dónde recostarse para seguir abriendo fosas,
va tufando con su tufo inmundo un mundo maloliente
en su inmensa geografía de muerte sin límites.
Ay, lagrimita seca por el sendero indio va corriendo
un camino de mejillas huérfanas la cara triste de México,
que hace siglos pone los muertos apilados uno al lado de otro
en su inmensa geografía saqueada y ensangrentada,
con sus almitas blancas de la infancia,
con sus almitas negras del horror,
con todas las almas por morir de la mano
de dioses que abandonaron a México
a una suerte que no es mexicana.
Ayotzinapa
Son
semilla nueva
sobre el campo de México
Maíz, maíz crecido al amanecer
Este es un tiempo oscuro,
sin ojos, sordo, mudo, ciego
El pueblo no cierra los ojos
ni al dormir
El pueblo entiende su propia lengua
El pueblo tiene el puño apretado,
va a amanecer.
Solo
dolor, dolor
Asesinados,
muertos, quemados
en un vertedero,
lanzados al río San Juan.
Esta es la descripción
de un crimen aparente,
no existen pruebas,
solo dolor, dolor,
impunidad,
la vergüenza de México.
Presentación
de la muerte
Sobran
los cuerpos muertos,
calcinados, desmembrados,
sin patria física aparente
y solo existen sus dueños asesinos
que pisotean la vida con sus patas puercas.
Cómo matan y roban la existencia
estas bestias sin nombre,
sin rostros aparentes
y se pasean delante de la justicia
sin que nadie les vea.
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