Detrás de los opacos ventanales
hay un
paisaje que nos mira,
el sol que
refleja los cristales
sobre el
apacible mar.
Quizás lo
banal no desaparezca,
el oscuro
comerciante no sacrifique
parte de
sus ilegítimas ganancias,
(en los
templos se sigue rezando),
son los
tiempos de la opacidad,
del
desencanto y de todo tipo
de
transacciones en tierras de libres
de
impuestos, grabaciones fiscales flojas
Qué
maravilla como se amasa el porvenir
para
incautos viajeros que persiguen una estrella.
Todo crece
como mala yerba ignorada,
se pudre a
su debido tiempo la sombra
a los pies
de algún árbol y yo debo seguir
regando mis jardines.
Rolando Gabrielli2025
No hay comentarios.:
Publicar un comentario