Finalmente,
la locura se hizo
insostenible,
se interrumpió el
intermitente,
infernal
bombardeo,
la metralla
indiscriminada cesó,
los desplazados
comienzan a volver,
a contemplar un
paisaje en ruinas,
el escombro
desvencijado de sus casas,
a reconocer
sitios, calles, lugares,
edificaciones sin
puertas, ni ventanas,
balcones en
el aire, frente a la nada,
todo fue
borrado de sus vidas,
del mapa
cotidiano,
van de la mano de
la vida, aún temblando
en sus cuerpos
vestidos de harapos y hambre,
frente a un
taciturno Mediterráneo,
vuelven a saber y
ver que sus muertos
están bajo los
escombros, pulverizados,
cubiertos,
desaparecidos por el polvo de la nada.
¿Finalmente,
los millares
de vivos y muertos,
se preguntan,
han derrotado,
quizás, a la invencible muerte
de mil cabezas?
Rolando Gabrielli2025
No hay comentarios.:
Publicar un comentario