viernes, diciembre 16, 2005

Stanley "Tookie" Williams

No hay perdón, la muerte no perdona a nadie,
se sube al tobogán y se desliza,
por última vez,
la muerte es una canción letal, conoce su estribillo.
Para morir, se necesita vivir,
se muere con o sin dolor,
pero se muere, sí señor,
la muerte es un cajón,
un puñado de cenizas,
el cuerpo de los gusanos,
la aventura del más allá.
Martes 13, California, San Quintín,
el último silencio de Stanley Tookie Willians,
no hay perdón,
su cuerpo va a partir, no se despedirá
de la gran ciudad, que lo comienza a velar.
Una vigilia por su regreso antes de partir,
San Francisco ilumina al muerto,
que muerto va,
con sus alas negras, sus pecados
sin colores, ni amores,
puente déjalo pasar.
Para morir, se necesita vivir,
se muere con o sin dolor,
pero se muere, sí señor,
la muerte es un cajón,
un puñado de cenizas,
el cuerpo de los gusanos,
la aventura del más allá.
La muerte no se detiene,
es un capítulo abierto,
a punto de cerrar.
Alguien toca mis campanas,
o son las de alguien más
Pasa el cuerpo,
las cenizas dónde van,
pasa el tiempo, pasa,
el más allá.
El útimo silencio
de Stanley Tookie Williams.
ROLANDO GABRIELLI
dic /13 /2005

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