Sancho, deja de ver
la pobre realidad.
La realidad, Caballero
de la Triste Figura,
no está en verla,
sino dejarla pasar
y nos acompañará
hasta la sepultura.
Sancho, eres mi escudero,
no mi espada filosa
y resulta más fiel,
demonios.
Necesito unas palabras
suyas para mi Asno fiel,
la ficción le consume.
Alma burra, de todos los caminos,
nunca escojas escojas el infierno.
Gracias, mi Señor, Don Quijote,
por tan sabios consejos
que ni mi burro, ni yo
comprendemos.
En la comprensión, Sancho,
está (en) la realidad, el peligro.
Rolando Gabrielli©2006
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