Denver viaja, Denver sin tiempo,
Denver de mi memoria
azul la montaña desaparece
de sus altos cristales nevados
y la nieve que guarda tus silenciosas horas.
No mires en Denver sin mis ojos,
no veas sus calles que no conozco
y no escuches otras palabras
que no te hablen de Denver.
En Denver, mis palabras.
Qué tiempo imborrable el poema,
lo lees en Denver
como si yo estuviera escribiendo
detrás de la montaña
sobre la nieve de Denver.
Rolando Gabrielli©2006
15 de marzo de 2006
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