y un dios al que se rinde,
es su sombra,
cuerpo incondicional que ella
aún reconoce como suyo,
no pertenece a este reino,
sino al más allá que pisa
con sus zapatos de aire y seda.
No descubre la luz,
mas ella la posee y nos deslumbra,
con la callada vigilia de su cuerpo.
Rolando Gabrielli©2006
1 comentario:
iba pasando y llegue
saludos
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