¿A quién eleva la cruz
que tú eriges?
No soy santo, paloma,
de ninguna devoción.
No sangraré por tu herida,
ni por ningún otro costado.
Tu monte de venus,
es mi olivo, aceite
que lubrica nuestra pasión.
Reza por mí,
deshójate en mis manos
y vuela.
Rolando Gabrielli©2006
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