lunes, mayo 01, 2006

La lección de la Hormiga


Acostado sobre el sofá. La TV encendida, la serie El Guardián. Ya se fue la tarde. Las cigarras en su oficio. No hay nadie, donde nadie debe estar. El abanico da vueltas. La sala iluminada artificialmente. Las cortinas entreabiertas. Veo la TV y las letras del doblaje se confunden con el largo reparto. Gajes de la ausencia de un segundo idioma. La lengua, es la lengua. La noche se recoge. No pienso en nada. Respiro. Sé que respiro. Lo único que sé hasta ahora. La noche absoluta. Estornudo. No pestañeo. La veo cruzar en un viaje extenso por las baldosas de la sala. Quizás lleva algún destino. Es domingo, el ocio anida su camino. Avanza. Miro la TV. Sigue. Y se aproxima definitivamente y le doy un manotazo. Corté su camino. Alzo la vista frente la TV. Había nacido la hija de la protagonista. Siento aún la mano sobre la baldosa. La Hormiga sigue caminando. La vida continúa. Rolando Gabrielli©2006

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