92 alas
tiene el antipoeta
y sigue volando,
pájaro madrugador,
empuja ataúdes, estrellas,
amores, locos amores,
se reproduce en las viñas,
en los cementerios de vivos
y muertos.
El barranco de Parra,
permanece inmóvil,
sigue volando alas
en su desierto,
mientras un niño
toma su mano y le dice:
abuelito Kafka,
la sopa está servida,
el castillo ya se desmoronó
en la arena.
Rolando Gabrielli©2006
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