Kabul, la amapola sangrante
Kabul son esta imágenes sin tiempo, donde respira la ruina y el silencio ejercita sus alas huérfanas. Son fotos del ex reportero gráfico chileno de la agencia AP, Tomas Munita, divulgadas por BBC Mundo. Difícil para el ojo empezar por algún lugar donde la sombra no corroa los sentimientos. ¿El hombre estuvo allí y dejó sus huellas? La maestra frente al pizarrón, dentro de los restos del viejo Teatro de Kabul, agonizante, y una alumna abstraida por lo que alguna vez soñó, cierra esa pequeña escena que no tiene tiempo, aunque es hoy. Kabul no muere de miedo, sino de miseria y humillación. Los relojes son el viejo tiempo y el tiempo sin futuro de Kabul y Afganistán. Se pronuncia como si una asfixia retuviera el nombre para siempre y se fuera a quedar con la garganta de uno. Mucho azufre en la palabra.
Munita obtuvo el Premio Leica Oskar Barnack 2006, con esta muestra arrancada del espanto de Kabul, y de su horror desconocido y olvido para muchos. Un árbol, sin hojas, como describe el autor a su foto favorita, en medio de un cielo azul sombrío y de la nada, como Kabul, cierra este cuadro, una escema del siglo XXI. Tanta nada en medio de todo, una fogata familiar, la llama de lo que aún alumbra, rodeados todos de chatarras y caminiones inservibles para una guerra inútil. Kabul, donde la geografía busca su propio camino.
Rolando Gabrielli©2006
No hay comentarios.:
Publicar un comentario