Los elefantes
no temen a los espejos
como Jorge Luis Borges.
Se reconocen asímismos
y tal vez desearían
pasar por simples paquidermos
ante el ojo de la bestia humana
que los caza.
Rolando Gabrielli©2006
B.B.
Parecieran olfatearse,
animales literarios,
las rosas sin ojos de la Bombal,
para el maestro,
su mirada eterna,
le devuelve a la amortajada
de Viña del Mar.
Borges no saldrá de su escena.
El Otro Borges,
no tan ciego, nos mira.
Rolando Gabrielli©2006
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