Nosotros somos los marcianos, andamos extraviados de planeta y galaxia. Es la impresión que me dan los cuatro miembros de la NASA, quienes están anunciando en ese momento el hallazgo de agua líquida en Marte. El especualdo planeta rojo, soñado, ficcionado, calumniado, y sin marcianos, además, es una de las grandes obsesiones del futuro humano. Sabemos, que sin agua, no hay vida.
Yo vivo en un pequeño istmo rodeado de los dos mares más importantes de la tierra, que se avistan a uno y otro lado, desde un mismo sitio, más el Mar Caribe, algos, ríos y lluvias tropicales que exceden la imaginación y los paraguas.
El país, panamá, tiene un canal interoceánico que une ambos océanos y continente através de un juego de esclusas por donde pasan los barcos y mercancías del mundo. Las esclusas funcionan con agua, que se obtiene de un lago llamado Chagres y que una vez se utiliza en el paso de las naves, va a la mar. Agua sobre el agua.
Somos agua, Heráclito/no sólo el inconmensurable río/la vida que atravieza/este mar de dudas/agua sobre el agua/el hombre dónde estuvo? hacia dónde va/porque ya de dónde no viene, sabemos/Norte y Sur/de este planeta agua/No te ahogues, hombre, /en tus dudas/fracasos/contradicciones/traiciones.
El Canal de Panamá consume 55 millones de galones de agua dulce por tránsito y son 14 mil al año. El Tercer Juego de Esclusas, que será un poco más eficiente y gastará un 7 por ciento menos de agua aunque su capacidad es 2.3 veces más grande que las actuales compuertas, incrementará la capacidad de naves de un mayor calado.
Panamá es el país del agua. En octubre y noviembre suele perderse la ciudad, sus imponentes rascacielos desaparecen, tras los grandes aguaceros de la estación, que nos recuerdan a Isabel viendo llover en Macondo de Gabriel García Márquez. Siete u ocho meses al año, llueven en Panamá. El agua no es un pasajero, sino más bien un habitante permanente, presente en todo momento y lugar. Se estaciona en el alma de las cosas.
Los peruanos, chilenos, árabes, mexicanos,-yo los he visto- sentados desde un balcón, sobre una azotea, hipnotizados ante la lluvia que hace su juego en la ruleta del tiempo. Cuando llueve, la ciudad es un río, a pesar de sus grandes alcantarillas, y si estamos en marea alta, los peligros de derrumbes, salidas de ríos, desastres naturales se acrecientan y el hombre paga caro la destrucción del Medio Ambiente.
Marte es un peladero de dunas, polvo, grandes ventiscas, abismos, horizontes inciertos, pasos falsos, pero estmos frente al espejismo del agua. En la tierra talamos el Amazona, contaminamos los mares, ríos, explosionamos las montañas, se lanzan misiles, armas químicas, napalm, explotan bombas nucleares, el hombre hace gárgara con la dinamita. En fin, se destruye todo lo que produce vida. Veo chorrear, anegarse las calles de agua potable, días, semanas, cuando a miles les hace falta agua y otros tantos caminan kilómetros para encontrarla. Son millones en el mundo que se mueren de enfermedades por falta de agua.
Pero viajamos a Marte en búsqueda de agua.
Rolando Gabrielli©2006
1 comentario:
Los marcianos han dado algun muestra de destruir su planeta?Los seres humanos no somos marcianos,somos verdaderos destructores de nuestro propio habitat.El hombre solo piensa en conquistas,poder,destruccion,sin embargo los marcianos.....
SLB
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