jueves, enero 25, 2007

Cátedra del deseo


La bestia nos mira, presiente, olfatea, pulsa dentro de sus fauces, recrea nuestra muerte, como si fuéramos una miniatura de sus apetitos, ese bocadillo que nunca se borra en la infancia de la memoria y permanece como una cátedra del deseo.
Rolando Gabrielli©2007

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