La bestia nos mira, presiente, olfatea, pulsa dentro de sus fauces, recrea nuestra muerte, como si fuéramos una miniatura de sus apetitos, ese bocadillo que nunca se borra en la infancia de la memoria y permanece como una cátedra del deseo.
Rolando Gabrielli injustamente censurado por Blogger (una empresa Google)
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http://rolandogabrielli.blogspot.com/
¿Qué sucede con Blogger?
¿No existe un servicio técnico que responda por los e...
Hace 14 años.
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