de cosas interesantes, nuevas,
ahora que Gonzalo Rojas
está en Colombia
y ha erotizado a medio Bogotá?
¿Alguien supo, vio,
un libro rojo en sus manos,
aferrado a unas largas divinas piernas?
Ciento ochenta gramos de poesía,
todo el poema todo.
Gonzalo de Lebu, Nueva York y Bogotá,
sabe muy bien
de los puntos y comas,
aunque alardee de asmático,
niño precoz nacido del rayo,
socavón profundo, minero de la matriz
del mar que es hembra.
Viene de Chile,
este sultán de oro negro,
camina lento en su caminar,
que vozarrón tiene todavía,
este juglar árabe de lunas plateadas,
levita el salón
José Asunción Silva,
es un balazo del nuevo amanecer
de Bogotá, la leve espina de la noche,
Algunos pitucos bogotanos
se quejan que su poesía
es obstrusa, kafkiana, rojiana,
oscura de Lebu, oscurísima
y transparente la nube de agua,
volvió a repetir el mismo Gonzalo,
erótica de erotismo y amor,
clandestina de puntos y comas,
poesía del miedo, espanto, encantamiento,
con algo que el Arcipreste de Hita olvidó,
de este y otros huertos,
aceituna de un olivo silencioso,
sus lunas tiernas, soles rojos,
dulces agujeros negros.
Está en vena con el polvo gris,
azul de la noche bogotana,
en el mediodía más oscuro
de la palabraoscuro.
Sigue mirando el mundo
por el ojo izquierdo
el incorregible paisaje de su días,
fenómeno de mareas locas,
de plazas sin asientos ni palomas,
la voz sube y con las palabras calla,
bajan las orejas, los ciegos
de las calles negras,
así pasa la poesía pasando
el sombrero,
moneda de muertos
y aventureros.
Asisten a su sepelio
los mismos muertos,
con sus ataúdes frescos,
olor a madera, olor a olvido,
madera reluciente del cuerpo
presente pasado de la poesía,
oh cadáver exquisito,
la moda del vivo,
traje de seda,
que el gusano de la poesía
sigue tejiendo.
Rolando Gabrielli©2007
1 comentario:
El libro rojo de Rojas ya fue poesía en el nadaísmo colombiano. Fue escrito por Jotaarmario y X504.¡Que originales!
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