





Desde mi ventana, en el centro de las Américas, la palabra, el poema de cada día, una señal, el lenguaje de todos los tiempos, y tú, amiga, amigo Lector, principio y fin de nuestro tiempo. Tiempo para la palabra, tiempo para el silencio. Tiempo al tiempo para que la rosa floresca, se acomode entre las espinas y vuelva el pájaro a su nido. La palabra es el último recurso del silencio. ¿Monólogo, qué dices?
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