De letras y palabras,
somnoliento,
qué noche batallada, me levanto
en el esqueleto luminoso
de un verbo prometedoramente desolado.
Me guía el cambio de sabor
de la pasta de dientes,
atrás, una ventana
el sol engañoso de diciembre,
el verano que está por llegar,
atraviesa el fantasma
con mis pies.
Me daría de bruces
en otro tiempo,
si este libro
no lo hubiese leído
tantas veces.
Rolando Gabrielli©2007
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