Ahí está Ricardo Piglia mirando detrás del cristal el color de la poesía y de la literatura, mientras un parroquiano prefiere el diario a un libro. La 34a Feria del libro de Buenos Aires, soltó amarras hace 24 horas en la city porteña y como en una feria, hubo discursos de todos los tamaños y sabores. El esperado era el del narrador, ensayista, critico y profesor universitario en Estados Unidos, Ricardo Piglia, porque hablaría del eje del evento: El espacio del lector. Aunque ese es el más vasto espacio que puede tener un lector, el verdadero, lee en sitios más reducidos, íntimos, personales, privados, aunque las bibliotecas cumplen un rol indispensable. Sin duda, el espacio del lector cada día es más limitado, porque la lectura en la actualidad es un vicio menor que requiere de un esfuerzo muy superior al del ejercicio visual de la imagen, ese pantallazo al ojo ocioso.
La segunda foto, muestra a Piglia en el escenario ferial inaugurando la cita literaria, con un aspecto de tanguista dramático, pero yo diría en un estilo clásico, no arrabalero, más bien en el ritmo y frecuencia de Piazzola. Él hablaría de las necesarias pausas en la lectura, como suele hacerlo en la media cancha, el astro de Boca, Román Riquelme, quien entiende que no todo es velocidad en este juego de la pelota y la vida. El poeta, de acuerdo con Piglia, es quien se toma su tiempo en estos tiempos, más bien la poesía, mira el reflejo de las olas en la sombra que deja la luna.
(Este es un comentario muy fragmentario de las palabras de Piglia, cuyo discurso no ha sido editado por la cicatería y miopía de los medios digitales. El País de España no se dio por enterado de la Feria Argentina. etc.)
El espacio del lector está en el silencio. Ahí, donde el verbo te pulsa las amígdalas, y rabia de placer con tu hígado. El resto, lo pone la historia o el poema. Eso pienso, Professor, veamos que dijo:
Piglia puso picas en Flandes, cuando dijo: "Solamente la poesía ha logrado establecer ritmos lentísimos y también rápidos, tiene una relación con la velocidad que es única: la poesía está en el límite" En este espacio escribí un artículo sobre la Feria intitulado: "El Fantasma de Bolaño en Buenos Aires", el pasado seis de abril, el cual se replicó en Argentina, España, Venezuela, Chile, Perú y Estados Unidos, y yo me hacía esta pregunta: "¿Que papel le asignará Piglia en su partitura a la poesía? Él, un admirador de Neruda y Parra. (Neruda ha hecho estragos entre muchos narradores latinoamericanos y Parra es esencial para pensar una poética de la prosa en lengua española. Piglia)"
El autor de Respiración artificial, dijo Poesía, "porque permite a los lectores captar inmediatamente los amaneramientos de los discursos sociales y porque aquel que lee poesía está disponible a la significiación". El espacio del lector , lo definió Piglia en sus palabras,como un espacio que bien puede ser público, o bien, como lo prefería Kafka, un aislado sótano. Hoy, sin embargo, agregó, "ya no tiene nada de rito sagrado".
Quizás Kafka, Borges, Bolaño, es una nueva ruta y pudo explosionar en Buenos Aires, ahora ciudad hermana de Praga. Borges dijo en su momento y dijo muchas cosas: "creo que los buenos lectores son cisnes aun más tenebrosos y singulares que los buenos autores".
Piglia destacó en su conferencia magistral, y elogiò el papel de las nuevas tecnologías, pero advirtió que el tiempo de la lectura es otro, su velocidad "tiene que ver con lo corporal, con la postura y con el lenguaje. Pese a todo seguimos leyendo de la misma manera que en los tiempos de Aristóteles, porque la lectura no se puede acelerar". ¿Ahí es donde entra, professor, el jugador de Boca en un lleno total en la Bombonera?
Posdata: Las palabras de Piglia, están expuestas sobre este Blog con apoyo en las muletas de los fragmentos avaros de los diarios argentinos: El Clarín y La Nación .
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Raya roja para separar la cancha, los tiempos y esta equivale a una tarjeta roja al jurado del Premio Cervantes desde hace una década al menos, por la omisión de Nicanor Parra. No quiero decir que Juan Gelman, no se lo merezca, muy por el contrario, es un premio necesario para una poesía y poeta que vive y nos hace vivir el mundo real: la realidad, en tiempos de medias verdades, apariencias, ficciones mediocres y pasatiempo verbal.
El tema del antipoeta, de Nicanor Parra es otro, se trata de un olvido comparable al de la Academia Sueca con Jorge Luis Borges, quien sepultó su premio al aceptar una condecoración de Pinochet, pero no es excusa, habérselo dado años antes. El autor de Poemas y Antipoemas, Versos de Salón, La Cueca Larga, Obra Gruesa, Artefactos, le dio un nuevo futuro a la poesía con la antipoesía. Rubén Darío, primero, luego sucesor en el relevo de la poesía en idioma castellano es Neruda y actualmente Parra. Los tres han renovado la lengua de Cervantes. No es un olvido común y corriente, más bien grosso y Parra frisa los 94 años. El Quijote partió a los 50 años, fue cuando consideró su misión cumplida.
Entre algunos detalles, Parra, un viejo juglar moderno, poeta contemporáneo, ha afirmado su teoría de por qué usa el verso endecasílabo. "Si el octosílabo de la poesía pular nació de los ritmos del habla popular (y pervive sól oen la periferia del mundo contemporáneo) del medievo, el endecasílabo representa el grupo fónico que correspondería al habla más sofisticada de la burguesía moderna. La transformación de estos dos ritmos, se anuncia, según Parra desde las primeras palabras del Quijote, donde el octosílabo inicial- En - un-lu-gar- de- la Man-cha, escrito con el idioma de Sancho, da lugar enseguida al endecasílabo de cu-yo-nom-bre-no-quie-ro-acor-dar-me, que nos traslada en el acto a la modernidad. Si yo no uso el endecasílabo, sostiene Parra, estoy renunciando poco menos que a la columna vertebral del lenguaje, del idioma español."
Soliloquio Del Individuo
Yo soy el Individuo.
Yo soy el Individuo.
Primero viví en una roca
(Allí grabé algunas figuras).
Luego busqué un lugar más apropiado.
Yo soy el Individuo.
Primero tuve que procurarme alimentos,
Buscar peces, pájaros, buscar leña
(Ya me preocuparía de los demás asuntos).
Hacer una fogata,
Leña, leña, dónde encontrar un poco de leña,
Algo de leña para hacer una fogata,
Yo soy el Individuo.
Al mismo tiempo me pregunté,
Fui a un abismo lleno de aire;
Me respondió una voz:
Yo soy el Individuo.
Después traté de cambiarme a otra roca,
Allí también grabé figuras,
Grabé un río, búfalos,
Grabé una serpienteY
o soy el Individuo.
Pero no.
Me aburrí de las cosas que hacía,
El fuego me molestaba,
Quería ver más,
Yo soy el Individuo.
Bajé a un valle regado por un río,
Allí encontré lo que necesitaba,
Encontré un pueblo salvaje,
Una tribu,
Yo soy el Individuo.
Vi que allí se hacían algunas cosas,
Figuras grababan en las rocas,
Hacían fuego, ¡también hacían fuego!
Yo soy el Individuo.
Me preguntaron que de dónde venía.
Contesté que sí,
que no tenía planes determinados,
Contesté que no,
que de allí en adelante.Bien.
Tomé entonces un trozo de piedra que encontré en un río
Y empecé a trabajar con ella,
Empecé a pulirla,
De ella hice una parte de mi propia vida.
Pero esto es demasiado largo.
Corté unos árboles para navegar,
Buscaba peces,
Buscaba diferentes cosas,
(Yo soy el Individuo).
Hasta que me empecé a aburrir nuevamente.
Las tempestades aburren,
Los truenos, los relámpagos,
Yo soy el Individuo.
Bien. Me puse a pensar un poco,
Preguntas estúpidas se me venían a la cabeza.
Falsos problemas.
Entonces empecé a vagar por unos bosques.
Llegué a un árbol y a otro árbol;
Llegué a una fuente,
A una fosa en que se veían alguanas ratas:
Aquí vengo yo, dije entonces,
¿Habéis visto por aquí una tribu,
Un pueblo salvaje que hace fuego?
De este modo me desplacé hacia el oeste
Acompañado por otros seres,
O más bien solo.
Para ver hay que creer, me decían,
Yo soy el Individuo.
Formas veía en la obscuridad,
Nubes tal vez,
Tal vez veía nubes, veía relámpagos,
A todo esto habían pasado ya varios días,
Yo me sentía morir;
Inventé unas máquinas,
Construí relojes,Armas, vehículos,
Yo soy el Individuo.
Apenas tenía tiempo para enterrar a mis muertos,
Apenas tenía tiempo para sembrar,
Yo soy el Individuo.
Años más tarde concebí unas cosas,
Unas formas,Crucé las fronteras
Y permanecí fijo en una especie de nicho,
En una barca que navegó cuarenta días,
Cuarenta noches,
Yo soy el Individuo.
Luego vinieron unas sequías,
Vinieron unas guerras,
Tipos de color entraron al valle
,Pero yo debía seguir adelante,
Debía producir.
Produje ciencia, verdades inmutables,
Produje tanagras,
Di a luz libros de miles de páginas,
Se me inchó la cara,
Construí un fonógrafo,
La máquina de coser,
Empezaron a aparecer los primeros automóviles,
Yo soy el Individuo.
Alguien segregaba planetas,
¡Arboles segregaba!Pero yo segregaba herramientas,
Muebles, útiles de escritorio,
Yo soy el Individuo.
Se construyeron también ciudades,
RutasInstituciones religiosas pasaron de moda,
Buscaban dicha, buscaban felicidad,
Yo soy el Individuo.
Después me dediqué mejor a viajar,
A practicar, a practicar idiomas,
Idiomas,
Yo soy el Individuo.
Miré por una cerradura,
Sí, miré, qué digo, miré,
Para salir de la duda miré,
Detrás de unas cortinas,
Yo soy el Individuo.Bien.
Mejor es tal vez que vuelva a ese valle,
A esa roca que me sirvió de hogar
,Y empiece a grabar de nuevo,
De atrás para adelante grabar
El mundo al revés.
Pero no: la vida no tiene sentido.
Nicanor Parra
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