viernes, julio 18, 2008

El puente de hielo






Mis torpes dedos, trajeron la magia del imponente, majestuoso glaciar, el Perito Moreno que cautiva al mundo con su puente, tunel de silencio y se desploma para que el sueño de la mujer encantada vuelva a (re) nacer una y otra vez. El hielo detenido es un misterio ante la inmensa cordillera que lo vigila y donde nadie olvidará el olvido, sólo la memoria en el blanco espíritu del glaciar flotando nos sobrevive. Fueron días, horas, minutos, segundos, el instante final, pobres noches desoladas a la intemperie y el crujir de sus alas blancas. La espera es el asombro, la pausa y la belleza del glaciar. Se puede avanzar un centímetro, metros o kilómetros, pero nada es más poderoso que el instante perfecto en que ello ocurrirá. Sé que estabas allí, como esas palomas dormidas en las plazas, pero contemplando. Absorta tú, más que la masa de hielo rompiente silencio y abriendo el puente: pasos que otros pasos...¿recuerdas?. Si una campana sonara a lo lejos el puente abriría sus aguas. Nos soñaba el puente entre el Norte y el Sur, un pequeño gran paso, más allá de la memoria, el porvenir.
En las noches me abrazaba al gigantesco glaciar, dormido, respirando, vivos, el témpano de 5 kilómetros y yo viajando por los Lagos de la Patagonia sin tiempo, ni agenda. 166 mil 178 pares de ojos, es decir, 332 mil 256 ojos, nos estaban mirando en vivo y en directo a tarvés de la red desde 2.658 ciudades del mundo. Todos en dirección Sur, flotando en medio del tiempo y distancias desconocidas. ¿Cómo cruzarían tus ojos la noche, el amanecer o el mediodía del glaciar? Yo seguía el curso del glaciar y de los ojos que parecían empujarlo hacia el abismo del sueño. Hacía un click en mi mente cada contacto de las PC alrededor del mundo esperando que el Perito Moreno abriera el puente y comenzara a desprenderse como cada año, aunque éste había adelantado la fecha y la temporada del verano al pleno invierno. ¿Cómo será un click escandinavo, australiano, portugués, méxicano, africano, caribeño, asiático o europeo? ¿Cuántos al mismo tiempo cruzando de Norte a Sur, Este a Oeste, día y noche, y yo esperando encontrar el tuyo? ¿En Alaska el click es más blanco, viaja entre la nieve y los hielos silenciosamente?
El vasto, inmenso, colosal, espléndido glaciar, seguía viajando en el sueño, como que no quisiera detenerse. Y yo, aferrado a su pecho de ángel flotando, la noche del glaciar sin rumbo, siento tibio su corazón palpitar, como si se fuera a salir, desprender del lago, y volara en el volar de alas sin dueño ni destino ni nombre. La noche es su ciego guía, la masa blanca compacta como si avanzara me mira esperando.
Se viene la Historia....

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