martes, noviembre 04, 2008

¿CHANGE EN EL 2009?, negro en el blanco


La Casa Blanca, que queda ubicada en Washington, Estados Unidos, como se sabe, escoge hoy un nuevo inquilino. La naciòn màs poderosa de la tierra està conformada por 50 estados y un distrito federal y habitada por 302 millones de personas que hablan mayoritariamente inglès y son blancas. La elecciòn, considerada històrica, porque es probable que el nuevo presidente nùmero 44 de Estados Unidos sea un negro (afroamericano/estaodunidense), se realiza en medio de una recesiòn, una de las crisis econòmicas màs potentes en ese paìs del norte, surgida por el abuso y esquizofrenia del sistema neoliberal en Wall Street, Nueva York.
Alrededor de 200 encuentas atribuyen al Senador por Illinois, el Demòcrata Barack Obama, del partido de oposiciòn, un triunfo claro sobre el candidato oficialista nacido en Panamà, John Mc Cain, ex prisionero en Viet nam y actual senador por el conservador estado de Arizona.
Se espera la mayor afluencia de votantes en una contienda presidencial de alrededor del 75 por ciento, cuando tradicionalmente los votantes no llegan al 50 por ciento. Estados Unidos està en crisis informan todos los medios de comunicaciòn del mundo y las cifras e indicadores econòmicos asì lo reflejan y marcan la pauta para estos comicios, donde el bolsillo piensa y pesa màs que cualquier otro elemento en la toma de decisiones frente a la urna. Tres fantasmas rondan la mente de los ciudadanos: el fin del Sueño Americano, un posible fraude electoral y el asesinato de Barak Obama.
En este difícil escenario, la clase media se siente cercada, defraudada, empobrecida, sin fe por el presente, ni siquiera puede pensar por el futuro inmediato, porque es testigo del desplome del sistema que ha reventado en sus propias narices. Día a dìa observa como la recesiòn toma el control de la vida nacional y de su precario, incierto futuro. Para los mexicanos especialmente la paràlisis de la construciòn tiene características de tsunami, porque se barajan cifras que tres millones retornarìan a su paìs y ya estàn comenzando a cruzar la frontera cientos de miles de desocupados, desmoralizados espaldas mojadas.
El voto latino puede tener en estas elecciones un mayor peso en el conteo final y hasta la última encuesta favorecìa a Obama, aunque Amèrica latina, el viejo y tradicional patio trasero del norte no figura en la agenda polìtica de ninguno de los dos candidatos. Una aguda amiga, me decía en un café en Panamà City, còmo quieres que atiendan nuestros problemas, somos el patio trasero y ellos deben cuidar el propio que tanto descuidò George Bush en estos ocho años y que Wall Street terminò por abandonarlo a su suerte en su apuesta de casino.
Independientemente de los resultados, que bajo los màs conservadores pronòsticos favorecen al senador de Illinois, Amèrica latina debe profundizar su integraciòn y abandonar las prácticas viciosas de la corrupciòn, enfrentar el consumismo, desplifarro, suicidio ecológico, la pobreza econòmica y espiritual. Dar un golpe de timòn ahora que el mundo deberà seguir cambiando por razones de sobrevivencia.
La gran lecciòn de esta crisis es que muchas cosas se estaban haciendo mal y que las soluciones no pueden venir del norte. Amèrica latina debe superar la soledad y asumir su nuevo presente junto con su rica y accidentada historia, para enfrentar esta crisis que que està en el aire y golpearà a los paìses de acuerdo con sus propias realidades, caracterìsticas y situaciones.
Està asomando un nuevo mundo desde el desplome de Wall Street y todo el sistema financiero mundial. De eso no hay duda alguna. Los parches financieros al sistema son momentàneos, como los slogans que lanzan los expertos jefes de las finanzas por la TV, que adquieren la fuerza de un mensaje religioso de ficciòn. Adoradores del mercado, se van quedando sin sus fetiches, contemplan la ruina de sus actos, la voràgine del consumo les empuja al vacío como muñecos de trapo.
Estallaron las hipotecas basura, se congelaron las tarjetas, 800 mil fueron despedidos de sus empleos, los brokers miran el vacìo de los nùmeros caer como en una pelìcula de Fellini, el fantasma de Wall Street recorre Estados Unidos y el mundo.

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