sábado, enero 24, 2009


Degas vagó ciego por París
y en el color único de lo que vio
nos dejó esta bella
entrando a la bañera
en el pudor de la mañana
cuando el lecho
aùn espera más
de su calor y cuerpo.
Degas quiso ver y buscaba
las formas ciegas
el detalle, la luz
de su propia suerte
Amaba las bailarinas
y los caballos de carrera
dos pura sangre, largas piernas
y movimientos fugaces.
Antes de defender París
de los prusianos con sus cascos
en puntas y su amor a la espada,
no dejó de soñar lo que nunca
pareció tocar
más que con el color.
Rolando Gabrielli©2009

No hay comentarios.: