El club de paìses latinoamericanos, presidido por Brasil, con socios como Argentina, Venezuela, Bolivia, Mèxico, Chile, Ecuador, Panamà, ha estado pendiente en las ùltimas semanas sobre el tema del bloqueo o embargo a la Isla de Cuba, por parte de Estados Unidos. Cristina Fernàndez, presidenta de Argentina, està en La Habana suscribiendo una docena de acuerdos econòmicos, cientìficos y en materia de salud, con Cuba y es el ùltimo mandatario que visita la Isla como una manera de presionar para el fin del bloque, que el pròximo tres de febrero cumple 37 años.
La imagen es elocuente, Fernàndez y Raùl Castro, ven la hora previo a la asunciòn de 44 presidennte a la Casa Blanca, Barak Obama, quien ha prometido una Nueva Era. Las dos palabras dicen mucho y podrìan decir nada, pero Estados Unidos necesita de un Ave Fènix para remontarse de las cenizas que deja el predecesor del senador de Illinois. La suerte està echada y si bien Obama no se refiriò a ningùn paìs en especial, con la excepciòn de Irak, a quien dijo le corresponde su propia seguridad, tendiò una mano al mundo. Un mensaje de Refundaciòn de Estados Unidos, basado en los principios de los padres fundacionales y un llamado de atenciòn a los especuladores. Estados Unidos debe ahora dar un paso a una nueva era de paz.
Hablò desde el fondo de la crisis, que sabe que es real, profunda y tendrà que hacer frente dìa a dìa, y que debe contar no sòlo con el apoyo de todos los norteamericanos, sino del mundo, la confianza de otras naciones.
Fue un discurso esperado, para quienes venimos siguiendo la profunda crisis del sistema capitalista, los acontecimientos internacionales, la nueva correlaciòn de fuerzas las grietas de la globalizaciòn y del mercado per se. Hay que echar un ojo al mercado, recordò Obama, porque la mano invisible que cree regularlo, suele ser tenebrosa.
Es un comienzo, son sus primeras palabras como presidente, el camino es largo, difícil e incierto, no sòlo para un primer presidente de piel negra, sino para quien ocupara en este momento la silla de Washington. Es la hora de saber que todos los dèficit llegaron al Potomac y no queda otro camino que hacer un alto en la corrupciòn, derroche, consumismo, especulaciòn, falta de iniciativa, agresiòn al medio ambiente, si se quiere volver a levantar un paìs que no està en ruinas, sino en condiciones precarias, como un estado comatoso inducido. La verdad es que ha encontrado un Estados Unidos, hundido. Puede ser el fin de la era de Ronald Reagan, quien privilegiò el mercado salvaje, la polìtica del cow boy y este mundo ce intermediaciòn del dinero invisible, las compañìas de aire y dejar que la fiscakizaciòn fuera un acto automàtico del propio sistema. Quizàs nunca el stablishment se sintiò màs a sus anchas y la impunidad hizo carrera. B. Obama liberò en su primer discurso esa filosofìa y jugò la carta intangible de la esperanza.
Rolando Gabrielli©2009
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