viernes, marzo 13, 2009

De Mangos y Mariposas




El luagr por donde desfilan los alimentos, es sagrado. Las mañanas tienen algo de ese principio inconcluso, un despertar. Sin ser romànticos, una aventura, un nuevo dìa. Esta última frase es un clicè, pero es real. La bandeja es un artefacto para estar individualmente solo frente a los alimentos y viendo TV, o lo que hay al lado de la otra almohada. Por lo general, sàbanas desorientadas, que requerirìan de un sùbito maquillaje para alcanzar el orden y paz interior. Son las que màs se enteran del trabajo de nuestras extremidades, sueños y cuerpo. Las acomodamos a nuestro propio interès y nos desprendemos de ella, igualmente cada mañana como insomnes para ver el mundo real.
Mi bandeja tiene alas, està llena de mariposas y todas vuelan en silencio para llegar al mismo lugar. Sus alas son un arcoiris y me alegran las mañanas tan pronto las veo compartir mi desayuno y aunque nada me piden, ellas tambièn disfrutan de estos magnìficos, señoriales mangos o del yogourt matinal, un cafè cafè solitario que humea hacia algun lugar. El desayuno suele ser una fiesta ìntima, compartida es mucho mejor, pero los tiempos no estàn para tanto.
Los mangos tienen una fragancia como el vuelo de las mariposas, sutìlmente intensas y dejan caer su aroma de prìncipes desvalidos, angelicales por los àrboles de los patios de ciudad de Panamà. Si los veo en algùn parque, caìdos, o en los estacionamientos, en algùn patio cercano, no dejo de agacharme y estirar la mano y agradecer a los cielos. A mi me gusta que el mango chorree su fruto de miel y para eso me siento a no pensar en nada, a olvidar todo, a que la fruta consuma el espectàculo del instante. Despuès me levanto y me lavo las manos y frente al espejo me sonrìo para todo Hollywood.
Un mango es un acierto de la naturaleza, què mala frase, pero en verdad lo es. fruta milenaria, 2000 años aC, originaria de la India y sòlo llega a Amèrica, Brasil, el siglo XVI y algunas dècadas despuès a la Isla de Barbados. Mèxico es el principal exportador del mundo.
Nota:
Si alguna vez ve revolotear cerca de usted una mariposa, piense que podrìa pertenecer a mi bandeja. Lo recomendable es no atraprla, dejar que siga su curso y retorne a su origen.
Rolando Gabrielli©2009

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