La Gioconda, Monalisa, que nunca dejarà de tener su sonrisa enigmàtica, contiene todos los rostros imaginarios 500 años despuès que Leonardo da Vinci la pintara, a imagen y semejanza de su genialidad. En una pequeña tablilla de 77 centìmetros de alto por 53 de ancho, el divino Leonardo, nos dejò en el hechizo mil conjeturas. ¿Quièn es La Mona Lisa?, es una de las interminables interrogantes, o si està embarazada, sin en verdad no es el mismo Leonardo. La tècnica usada del sfumato no ha terminado por esfumar la obra maestra de Leonardo, a pesar de las imitaciones, interpretaciones e inclusive del robo que sufriera en el Museo de Louvre en 1911 y se recobrara tiempo despuès en un hotel de Florencia.
Màs allà de las numerosas interrogantes, que tal vez nunca encuentren una respuesta absoluta, aunque los expertos dicen (se cree) que era la mujer florentina del comerciante Francesco del Giocondo, me pregunto què dirìa Leonardo sobre la recreaciòn de su personaje, las versiones arbitrarias y los juegos que se han hecho especialmente con su sonrisa. El maestro quizàs no reclamarìa derechos de autor, porque vivo- conjeturo- nadie se hubiese atrevido a manosear a La Gioconda, que se traduce como alegre en italiano. La Gioconda se llamarìa segùn esta teorìa, Lisa Gherardini.
Los cinco siglos de la Bella Madonna no han pasado en vano. La historia de tan famosa pintura se las arregla para seguir haciendo màs historia. En Anchiano, donde naciò da Vinci, el Museo Ideale Leonardo da Vinci, recrea los rostros de La Gioconda, un icono que ha llegado a usar bigotes.
La Gioconda se repite como en un espejo sin fin y los pintores desde que la descubrieron no se han cruzado de brazos, buscando su propio rostro, donde la inspiraciòn ha sido esta italiana, que Leonardo guardaba con tanto celo en su pequeña tablilla.
El director del Museo Ideale Leonardo da Vinci, Alessandro Vezzosi, de acuerdo con versiones de las agencias internacionales, ha dicho que "esta exposición reúne reproducciones de todas las Giocondas posibles desde el siglo XVI hasta hoy, desde la propia de Leonardo, hasta las que hoy se pueden encontrar en Internet".
En este gran desfile de Giocondas, que demuestra su extraordinario impacto en el mundo y el arte, llaman la atenciòn un par de retratos al desnudo de La Monalisa, uno de los cuales incluimos en esta nota, y que es anònimo. Se dice que podrìa ser obra de la mano de un discìpulo de da Vinci, aunque todo forma parte de este gran misterio, en que nos envuelve la supuesta florentina, donde lo ùnico que no se discute es su esplèndida y màgica sonrisa.
Rolando Gabrielli©2009
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