No es un tema que me agrade porque es volver a la sombra màs oscura del pasado, indagar en una memoria fragmentada por el olvido, ese pasillo violeta arbitrario de la realidad que no queremos ver. Los desaparecidos no volñveràn como las oscuras golondrinas. Por ello, no son felices las recientes palabras de la viuda de Jorge Luis Borges, María Kodama, cuando dice que a Borges no le dieron el premio por razones políticas, las que acompaña con este comentario:"era un hombre íntegro y no se dejaba llevar por la corriente, aunque este le supusiera perder muchas cosas." Las verdades a media son a veces peor que una calumnia con la verdad real. "A pesar de ser uno de los mejores escritores del siglo XX, no recibiò el Premio Nobel, agregò recientemente en España. Su forma de pensar no caía bien...etc", sostuvo finalmente María Kodama.
Borges es un gran escritor y sin duda no le dieron el Premio Nobel por razones políticas. Pero la Academia Sueca, sin duda tomò en cuenta la filosofía del Premio, establecido por Alfred Nobel, el inventor de la dinamita. Un premio al humanismo, al compromiso con la humanidda, ademàs de la literatura, sin duda.
JLB compartiò en silencio la mesa de la tragedia argentina, los años duros de los militares y la Triple AAA que borrò de este mundo a la mayorìa de los escritores argentinos, intelectuales en general y políticos extranjeros asilados en Buenos Aires. No es una historia agradable para nadie, porque està fresca la pintura del terror y tambièn del olvido para algunos. Posiblemente a Borges, quien estaba màs allà del bien y del mal, con un pasado anarquista, no se le enrostraba su silencio. Al final de los tiempos de las dictaduras militares argentinas, hablò y dijo que no sabìa lo que ocurría.
Este es un viejo tema extraliterario, en nada menoscaba la obra de JLB, un escritor admirado y admirable. Su ceguera y sordera en Argentina, pudo pasar desapercibida ante el prestigio de su obra, pero haber cruzado la cordillera para recibir una condecoración del règimen de Pinochet y lanzar un discurso donde elogiaba la clara espada en contra de la dinamita, supera el realismo màgico del màs audaz de los escritores de su siglo. María Kodama dijo en su oportunidad, que el apoyo borgeano a Videla y Pinochet, se debiò a un momento determinado de la historia.
Borges era un conservador polìticamente, habìa abandonada la anarquìa, y la Academia no lo premiò porque apoyò a dos genocidas, no políticos conservador o derechistas. Eso superaba las expectativas del jurado màs ciego.
No es un tema que me agrada, porque Chile y Argentina perdieron gente muy valiosa, no sólo en el campo de las letras. Fueron los tiempos màs kafkianos del Cono Sur, que incluyeron a Uruguay.
Arthur Lundvkist, miembro de la Academia Sueca, revelarìa años màs tarde que se opuso tenazmente a la concesiòn del Nobel a Borges por su apoyo al règimen de Pinochet. Borges había dicho lo suyo: si me dan este año el Premio Nobel, serè uno màs en la larga lista, pero, si no, me convierto en un mito escandinavo, en ese hombre que siempre se presentaba y no se lo daban y prefiero el mito.
Borges antes de partir a su patria, Ginebra, alcanzò a recibir a las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo. Su ceguera habìa mejorado notablemente. Fue un 22 de septiembre que abandonò Chile, despuès de elogiar su honrosa espada.
No son temas para recordar, pero tampoco para olvidar la verdad.
Borges es un gran escritor y sin duda no le dieron el Premio Nobel por razones políticas. Pero la Academia Sueca, sin duda tomò en cuenta la filosofía del Premio, establecido por Alfred Nobel, el inventor de la dinamita. Un premio al humanismo, al compromiso con la humanidda, ademàs de la literatura, sin duda.
JLB compartiò en silencio la mesa de la tragedia argentina, los años duros de los militares y la Triple AAA que borrò de este mundo a la mayorìa de los escritores argentinos, intelectuales en general y políticos extranjeros asilados en Buenos Aires. No es una historia agradable para nadie, porque està fresca la pintura del terror y tambièn del olvido para algunos. Posiblemente a Borges, quien estaba màs allà del bien y del mal, con un pasado anarquista, no se le enrostraba su silencio. Al final de los tiempos de las dictaduras militares argentinas, hablò y dijo que no sabìa lo que ocurría.
Este es un viejo tema extraliterario, en nada menoscaba la obra de JLB, un escritor admirado y admirable. Su ceguera y sordera en Argentina, pudo pasar desapercibida ante el prestigio de su obra, pero haber cruzado la cordillera para recibir una condecoración del règimen de Pinochet y lanzar un discurso donde elogiaba la clara espada en contra de la dinamita, supera el realismo màgico del màs audaz de los escritores de su siglo. María Kodama dijo en su oportunidad, que el apoyo borgeano a Videla y Pinochet, se debiò a un momento determinado de la historia.
Borges era un conservador polìticamente, habìa abandonada la anarquìa, y la Academia no lo premiò porque apoyò a dos genocidas, no políticos conservador o derechistas. Eso superaba las expectativas del jurado màs ciego.
No es un tema que me agrada, porque Chile y Argentina perdieron gente muy valiosa, no sólo en el campo de las letras. Fueron los tiempos màs kafkianos del Cono Sur, que incluyeron a Uruguay.
Arthur Lundvkist, miembro de la Academia Sueca, revelarìa años màs tarde que se opuso tenazmente a la concesiòn del Nobel a Borges por su apoyo al règimen de Pinochet. Borges había dicho lo suyo: si me dan este año el Premio Nobel, serè uno màs en la larga lista, pero, si no, me convierto en un mito escandinavo, en ese hombre que siempre se presentaba y no se lo daban y prefiero el mito.
Borges antes de partir a su patria, Ginebra, alcanzò a recibir a las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo. Su ceguera habìa mejorado notablemente. Fue un 22 de septiembre que abandonò Chile, despuès de elogiar su honrosa espada.
No son temas para recordar, pero tampoco para olvidar la verdad.
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