Es casi lo mismo y està de màs referirnos a ello, pero la persistencia de los que se han tomado la batuta, en medio del elogio y reconocimiento, empujan a la pobreza del espectàculo. Ya no se trata de la "encrucijada de la novela", solamente, sino de la extinciòn de lo que era, fue o serìa Amèrica latina. Y en ese pavimentado lugar comùn de la nueva realidad latinoamericana para el escritor y sus productos-mercado, està la visiòn del turismo literarario que ejerce el escritor.
Afortunadamente los grandes escritores de la narrativa y poetas, que cambiaron la historia de la literatura, nunca pensaron màs que en escribir.
Ninguna literatura surge de la nada, en el mejor de los casos. No se trata de desmontar el pasado, anularlo, y escribir sobre un vidrio, que cada cual descubra el hielo, el sol, el mar, los bosques, las personas y sobre todo, las palabras.
No voy a mencionar de donde vienen o hacia donde van estos comentarios. No es necesario escribir a favor o contra del viento de la historia. Los escritores en vez de buscar modelos de aquì o de allà, debieran encontrarse asìmismos. La literatura està en la imaginaciòn, en el corazòn, no necesariamente necesita tierra firme, pero nunca està de espaldas de uno mismo.
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