Pueden quedarse los soldados
con su podrido negocio
de la guerra
en las montañas azules
sopladas por el viento
y sus huellas mediocres
regresar con sus cuerpos
desmembrados, locos,
su muerte intacta.
Pueden llenar otros cuerpos
de balas como insectos
pisados a ras de tierra,
arrancar el corazòn negro del gusano
ofendido de la noche
o salpicar de sangre
el sol detràs de la montaña.
Esta es la guerra,
ni un centìmetro màs ni menos.
Rolando Gabrielli©2009
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