La poesìa chilena goza de buena salud en el Bicentenario de la Repùblica. Las fechas emblemàticas son tambièn un termòmetro para medir las fuerzas de la historia de una naciòn y sus gentes. Las estadìsticas en estas ocasiones suelen tratar de traducir toda suerte de rècord, gustos, tradiciones, y recurren como ahora, a los llamados iconos.
El Mercurio de Chile ha lanzado este reto de votar por el icono preferido de cada chileno. Yo no voto porque no tengo derecho a votar para presidente de la Repùblica, pero me hago eco de esta iniciativa porque sus resultados son curiosos. especialmente los tres primeros lugares: La bandera, Condorito y el poeta Pablo Neruda.
De acuerdo con las estadìsticas del diario, un 4.9 por ciento ha votado por la bandera; un 4.3 por ciento por Condorito y un 3.1 por el Vate de Isla Negra, Neruda. Son los tres sìmbolos, figuras emblemàticas que encabezan la escogencia de los chilenos. Cabe destacar, que si bien Chile es un paìs de grandes, reconocidos y originales poetas, es muy difìcil competir con los sìmbolos patrios. He ahì una primera observaciòn, porque ademàs Neruda es la ùnica representaciòn humana de las tres màs destacadas.
En la balanza de las decisiones estàn el Escudo Nacional, el milagroso Padre Hurtado, Gabriela Mistral, poeta cumbre de las letras hispanas y que figura muy cerca de los primeros lugares. El copihue, la flor nacional, Manuel Rodrìguez, el Cementerio General, Pedro Urdemales, el Escudo Nacional, el trompo, el huemul, còndor, el volantìn, Violeta Parra, Caupolicàn, Raùl Ruiz, Salvador Allende, Tortas curicanas, Mote con huesillo, Kiltro, Pinochet....
La poesìa en Chile aùn existe y sus dos poetas màs emblemàticos, uno del Norte, Gabriela Mistral y otro del Sur, Neruda, siguen recorriendo la dura y accidentada geografìa chilena con su palabra. ¿Aùn somos un paìs donde la palabra nos sigue representando?
Gabriela Mistral es un icono recuperado mucho despuès de la muerte de la poeta, que siempre viviò como extranjera, cuyos restos descansan en su valle humilde y soleado, porque ella lo pidiò. Recorriò de Norte a Sur Chile, cuando fue maestra, su poesìa forma parte de los planes de estudio de las escuelas y liceos de Chile. No sòlo escribiò Rondas infantiles o una prosa lùcida, comprometida, sino una poesìa americana, enigmàtica, a veces, pero no oscura. Ella fue profundamente regionalista de su patria chica. (Su Elqui patrio) Dejò un legado a Chile, en el largo Poema de Chile, que es un viaje al alma y cuerpo del paìs que terminò autodesterràndose. Margina de su viaje imaginario los lugares que no le fueron gratos, Vicuña, Santiago y Temuco. Asume la defensa de los Mapuches: Ellos eran dueños de bosques y montañas/hasta el llegar de un dueños/ de rifles y caballadas/Ellos fueron despojados./Pero son la Vieja Patria/el primer vagido nuestro/y nuestra primera palabra/Nòmbrala tù, di conmigo/brava gente Araucana/cayeron/di màs, volveràn mañana.
Nunca terminò ese poemario, era su mundo imaginario, real, donde habitaba realmente. Su oxìgeno estaba en este encuentro dentro del poema, con el paìs que amaba verdaderamente y soñaba. Deambulò por años por el mundo junto a su mala memoria, pero fìsicamente estaba en su valle rodeada de montañas que se cuidaban unas a otras, como si el paisaje se fuera a salir de la comarca. gabriela proponìa la imagen del huemul para Chile, y no la del Còndor, por ser un ave de rapiña, carroñera, decìa. En la encuesta el Còndor supera con creces al huemul.
Pablo Neruda, comenzò temprano con sus poemarios juveniles, viajes, como senador y candidato a la presidencia de Chile, recorriò el Norte y Sur de Chile, de punta a punta, dio recitales en las minas y fàbricas. Su poesìa telùrica, sobre la materia, las cosas esenciales, el mar, las piedras de Chile, el hombre, le aproximaron a la gente durante toda su vida. su muerte en una època tràgica para Chile, el silenciamiento de su obra, el saqueo, allanamiento de su casa en santiago y la confiscaciòn de su mìtica casa de Isla Negra, le transformaron no sòlo en un poeta esencial, que ya era, sino en un gran sìmbolo de resistencia del pueblo chileno.
En mi ùltimo viaje, cuyo recuerdo tengo vivo en la memoria, Neruda era un mito vivo en las casas. Años despuès, se propondrìa su nombre para el aeropuerto internacional de Pudahuel.
Chile es un paìs de poetas, no sòlo la Mistral y Neruda, Huidobro, Parra, Pablo de Rokha, Gonzalo Rojas, Dìaz Casanueva, Lihn, Teillier, Rosamel del Valle, Carlos de Rokha, Omar Càceres, Alfonso Alcalde, Barquero, Alberto Rubio, Anguita, Millàn, Hahn, Arteche, Uribe Arce, Manuel Silva Acevedo, Waldo Rojas, Bolaño, Oliver Welden, Zurita y la lista es màs numerosa, porque bajo cada piedra de Chile puede aparecer un poeta.
En la balanza de las decisiones estàn el Escudo Nacional, el milagroso Padre Hurtado, Gabriela Mistral, poeta cumbre de las letras hispanas y que figura muy cerca de los primeros lugares. El copihue, la flor nacional, Manuel Rodrìguez, el Cementerio General, Pedro Urdemales, el Escudo Nacional, el trompo, el huemul, còndor, el volantìn, Violeta Parra, Caupolicàn, Raùl Ruiz, Salvador Allende, Tortas curicanas, Mote con huesillo, Kiltro, Pinochet....
La poesìa en Chile aùn existe y sus dos poetas màs emblemàticos, uno del Norte, Gabriela Mistral y otro del Sur, Neruda, siguen recorriendo la dura y accidentada geografìa chilena con su palabra. ¿Aùn somos un paìs donde la palabra nos sigue representando?
Gabriela Mistral es un icono recuperado mucho despuès de la muerte de la poeta, que siempre viviò como extranjera, cuyos restos descansan en su valle humilde y soleado, porque ella lo pidiò. Recorriò de Norte a Sur Chile, cuando fue maestra, su poesìa forma parte de los planes de estudio de las escuelas y liceos de Chile. No sòlo escribiò Rondas infantiles o una prosa lùcida, comprometida, sino una poesìa americana, enigmàtica, a veces, pero no oscura. Ella fue profundamente regionalista de su patria chica. (Su Elqui patrio) Dejò un legado a Chile, en el largo Poema de Chile, que es un viaje al alma y cuerpo del paìs que terminò autodesterràndose. Margina de su viaje imaginario los lugares que no le fueron gratos, Vicuña, Santiago y Temuco. Asume la defensa de los Mapuches: Ellos eran dueños de bosques y montañas/hasta el llegar de un dueños/ de rifles y caballadas/Ellos fueron despojados./Pero son la Vieja Patria/el primer vagido nuestro/y nuestra primera palabra/Nòmbrala tù, di conmigo/brava gente Araucana/cayeron/di màs, volveràn mañana.
Nunca terminò ese poemario, era su mundo imaginario, real, donde habitaba realmente. Su oxìgeno estaba en este encuentro dentro del poema, con el paìs que amaba verdaderamente y soñaba. Deambulò por años por el mundo junto a su mala memoria, pero fìsicamente estaba en su valle rodeada de montañas que se cuidaban unas a otras, como si el paisaje se fuera a salir de la comarca. gabriela proponìa la imagen del huemul para Chile, y no la del Còndor, por ser un ave de rapiña, carroñera, decìa. En la encuesta el Còndor supera con creces al huemul.
Pablo Neruda, comenzò temprano con sus poemarios juveniles, viajes, como senador y candidato a la presidencia de Chile, recorriò el Norte y Sur de Chile, de punta a punta, dio recitales en las minas y fàbricas. Su poesìa telùrica, sobre la materia, las cosas esenciales, el mar, las piedras de Chile, el hombre, le aproximaron a la gente durante toda su vida. su muerte en una època tràgica para Chile, el silenciamiento de su obra, el saqueo, allanamiento de su casa en santiago y la confiscaciòn de su mìtica casa de Isla Negra, le transformaron no sòlo en un poeta esencial, que ya era, sino en un gran sìmbolo de resistencia del pueblo chileno.
En mi ùltimo viaje, cuyo recuerdo tengo vivo en la memoria, Neruda era un mito vivo en las casas. Años despuès, se propondrìa su nombre para el aeropuerto internacional de Pudahuel.
Chile es un paìs de poetas, no sòlo la Mistral y Neruda, Huidobro, Parra, Pablo de Rokha, Gonzalo Rojas, Dìaz Casanueva, Lihn, Teillier, Rosamel del Valle, Carlos de Rokha, Omar Càceres, Alfonso Alcalde, Barquero, Alberto Rubio, Anguita, Millàn, Hahn, Arteche, Uribe Arce, Manuel Silva Acevedo, Waldo Rojas, Bolaño, Oliver Welden, Zurita y la lista es màs numerosa, porque bajo cada piedra de Chile puede aparecer un poeta.
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