¿La lucièrnaga o la linterna?

El miedo a lo que viene parece ser màs terròrìfico de lo que sucede. Es preferible dejàrselo a Hollywood. El nicho ya està preparado. Lo que pasò no es nada y ya reina un ambiente apocalìptico en la manera como concebimos alguna vez la vida y las relaciones humanas. Nada serà igual, dicen, aunque no lo sea. Cada dìa nos vemos menos las caras. La palabra escrita desaparecerà. Todo serà impersonal a travès de la voz. Ausencia total de ojos, piel, respiraciòn, tacto visual y ausencia de palabras escritas. ¿Viene la generaciòn fantasma? Volvemos a la oralidad. Internet desplazò a Gutenberg. ¿Un librero aburrido para las actuales generaciones? Google es la imprenta del siglo XXI. Los libros desapareceràn. Ya el conocimiento no les pertenece. ¿Seràn objetos de museo o los quemaràn? Quemarlos serìa un gesto del siglo pasado y de la antiguedad. La avalancha de afirmaciones crece como una ola de nieve y sepulta la palabra escrita. ¿Dejemos de escribir a ver que pasa, digo yo? Solo un ejercicio. Ya solo no lleva tilde y poco a poco se iràn despojando,  desnudando en su soledad las palabras, hasta quedar en las dos primeras letras So o S`l... ¿La voz borrarà de la imaginaciòn la palabra escrita?
¿Los jòvenes tienen la voz, como las generaciones predecesoras tuvieron la palabra? ¿Si la sociedad enmuudece, se apaga la luz? ¿Volveremos al cine mudo en algùn momento? ¿Solo señales? ¿O textos por chats y risas al otro lado, gestos de asombro, dudas, interpretaciones, promesas, lo que sea tu cariño?
Las nuevas generaciones digitales, dicen, distanciadas del cara a cara, haràn todo a travès de las màquinas y la tecnologìa. ¿El amor como una màquina? ¿Las relaciones interpersonales como una coartada del mercado y los negocios? ¿Los hombres de la bolsa seràn el modelo, con sus rostros maquillados por el estrès?