El desierto, el silencio, la oscuridad, el vacío...
Fue el 66 del siglo pasado cuando nos enteramos de la vida y obra de T. Merton, el monje trapense, guìa espiritual del poeta Ernesto Cardenal, quien compartiò el claustro en Kentucky y las enseñanzas de su maestro. Éramos jòvenes e indocumentados de la palabra, leìamos todo lo que caìa en nuestras manos. La poesía era un raro gusanillo que en las noches volaba, se convertìa en mariposa. La palabra parecìa encantada. Podìamos ayunar con tanto verso devorado. La palabra como un monje consumido por la luz. Thomas Merton fue poeta. Cantò en silencio a la vida.Llenaba la copa en el misterio de sus días. Me enseñó a ser extranjero, sin fronteras, ni lìmites, ni muros.
“Vuelo en alas del amor por toda la casa. Tengo la impresión de andar dos pasos por el suelo y cuatro por el aire. Esto es amor: Y es consuelo. No me preocupo si es consuelo. No estoy apegado a las consolaciones. Amo a Dios. El amor me lleva por todas partes. No quiero hacer nada más que amar. Y cuando suena la campana tengo que dominarme apretando los dientes, porque este amor, amor secreto, amor escondido y amor oscuro, bulle dentro de mí y fuera de mí, donde no me cuido de hablar sobre él. En todo caso carezco de tiempo y de fuerzas para tratar tales materias. Sólo me queda tiempo para la eternidad, es decir, para el amor, el amor, el amor.
El amor me empuja por todo el monasterio, me hace moverme de un lado a otro, el amor es lo único que me permite seguir adelante. El amor, cuando comienza, lleva un paso tan rápido que hay que sujetarse bien para no caer. Cualquier ritmo de celeridad es demasiado lento para el amor; en tanto que ninguna velocidad es excesiva para uno cuando se deja arrastrar por el amor. Tras ello sólo queda bogar de continuo sobre su corriente.
Esto me abrasa. Estoy completamente agostado por el deseo, y sólo acierto a pensar en una cosa: permanecer en el fuego que me quema”.
Thomas Merton
3 comentarios:
A veces salvando uno se salva tambièn, al menos en algùn momento se siente asì, el Dar es darse y eso retorna, y de un verdadero encuentro que va màs allà de la espera de resultados, asì como Merton, un hombre que ha construìdo su silencio interior, sus cavidades humanas. El texto me alegra,el camino, la poesìa, la vida misma, màs allà de toda religiosidad polìtica, sino como un camino que inevitablemente toca esos costados...
Gabrielli, cállate la boca y cierra el blog. Eres apestoso.
Sin duda un hombre con una mirada humanitaria, con un amor por la idiosincracia y las posibilidades de Amèrica Latina.
El lìder cristiano del futuro està llamado a ser alguien completamente irrevelante y a presentarse ante el mundo ofreciendo solamente su persona vulnerable.." T Merton
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