El enigmàtico y genial Leonardo Da Vinci, el màs grande diseñador de la historia, nos dejò este maravilloso acertijo de La Gioconda, La Mona Lisa, el icono indescifrable del arte, la màs codiciada, imitada, inefable Signora de todos los tiempos. Hace màs de 500 años y la historia pareciera reciente y las dudas esenciales se mantienen como dudas razonables. El notable cuadro, - 77/53 cmts.- fue el preferido de Leonardo, y colgò de una pared de la recàmara del Emperador de Francia, Napoleòn Bonaparte. ¿Fue una de sus conquistas? Y tambièn Luis XIV se hizo acompañar antes de la Revoluciòn Francesa, por supuesto, de la deseada Mona Lisa.
Leonardo, al parecer, nunca concluyò el cuadro, con el que se desplazó de Italia a Francia, y que habìa pintado con su tècnica llamada Sfumato, que otorga tres dimensiones a la figura.
Francia la comprò por el equivalente de 12 toneladas de plata y por eso aùn cuelga en el Museo de Louvre, esta joya del arte occidental, que ha pasado por numerosas peripecias y ha sido objeto de los màs sofisticados estudios de la ciencia y tecnologìa moderna para conocer sus misterios. Una obsesiòn que dura siglos, teorìas que van y vienen para descifrar la identidad de la modelo. Hay un nombre probable: Lisa Gherardini, la esposa de Giocondo. Las investigaciones revelan a una mujer embarazada, como en efecto lo estaba la mujer de Giocondo, quien habrìa encargado la màgica pintura de su esposa para festejarla por su embarazo.
Este 21 de agosto, se cumplirà un siglo de su desapariciòn del Louvre y de la detenciòn del poeta Apollinaire y de Picasso, a quienes se les involucrò por sus antecedentes. El primero, porque sentenciò que habìa que quemar el museo, ya que secuestraba el arte y el segundo, por su aficiòn a comprar obras de arte robadas. Ninguno de los dos artistas resultò involucrado. La Gioconda apareciò en Florencia, su tierra natal, cuatro siglos despuès que Leonardo la vendiera en Francia y 30 meses de la fecha del rono del siglo hace casi un siglo.
Seguramente, Apollinaire notable poeta nacido en italia, pero hecho en el surrealismo francès, palabra que èl inventò, y Pablo Ruìz Picasso, eran quizàs "dos pobres diablos" en materia de negocios. Picasso habìa llegado hacía siete años a Francia y se hizo un reconocido artista al poco tiempo. Apollinaire publica en 1913 una de sus màs reconocidas obras: Alcoholes. Ambos marcarìan la historia del arte en el siglo XX.
¿Pero quièn robó la Gioconda, còmo y por què? Toda historia, al parecer, tiene su telòn de fondo.
El secuestro de la Gioconda el 21 de agosto de 1911 fue idea del comerciante argentino Eduardo Valfierno quien convenciò al carpintero italiano Vicenzo Perugia, quien trabajò en el Museo de Louvre. Usando una bata parecida a la del personal de museo, Perugia descolgò la Gioconda y escondida entre sus ropas abandonò el lugar. Finalmente Perugia fue detenido cuando intentaba verder a la divina Gioconda a la Galleria degli Uffizi, cuyo director Alfredo Geri, llamò a la policìa. El carpintero contò su historia de un supuesto nacionalismo que le llevò a "devolver" el cuadro a su verdadero dueño, Italia.
Leonardo, al parecer, nunca concluyò el cuadro, con el que se desplazó de Italia a Francia, y que habìa pintado con su tècnica llamada Sfumato, que otorga tres dimensiones a la figura.
Francia la comprò por el equivalente de 12 toneladas de plata y por eso aùn cuelga en el Museo de Louvre, esta joya del arte occidental, que ha pasado por numerosas peripecias y ha sido objeto de los màs sofisticados estudios de la ciencia y tecnologìa moderna para conocer sus misterios. Una obsesiòn que dura siglos, teorìas que van y vienen para descifrar la identidad de la modelo. Hay un nombre probable: Lisa Gherardini, la esposa de Giocondo. Las investigaciones revelan a una mujer embarazada, como en efecto lo estaba la mujer de Giocondo, quien habrìa encargado la màgica pintura de su esposa para festejarla por su embarazo.
Este 21 de agosto, se cumplirà un siglo de su desapariciòn del Louvre y de la detenciòn del poeta Apollinaire y de Picasso, a quienes se les involucrò por sus antecedentes. El primero, porque sentenciò que habìa que quemar el museo, ya que secuestraba el arte y el segundo, por su aficiòn a comprar obras de arte robadas. Ninguno de los dos artistas resultò involucrado. La Gioconda apareciò en Florencia, su tierra natal, cuatro siglos despuès que Leonardo la vendiera en Francia y 30 meses de la fecha del rono del siglo hace casi un siglo.
Seguramente, Apollinaire notable poeta nacido en italia, pero hecho en el surrealismo francès, palabra que èl inventò, y Pablo Ruìz Picasso, eran quizàs "dos pobres diablos" en materia de negocios. Picasso habìa llegado hacía siete años a Francia y se hizo un reconocido artista al poco tiempo. Apollinaire publica en 1913 una de sus màs reconocidas obras: Alcoholes. Ambos marcarìan la historia del arte en el siglo XX.
¿Pero quièn robó la Gioconda, còmo y por què? Toda historia, al parecer, tiene su telòn de fondo.
El secuestro de la Gioconda el 21 de agosto de 1911 fue idea del comerciante argentino Eduardo Valfierno quien convenciò al carpintero italiano Vicenzo Perugia, quien trabajò en el Museo de Louvre. Usando una bata parecida a la del personal de museo, Perugia descolgò la Gioconda y escondida entre sus ropas abandonò el lugar. Finalmente Perugia fue detenido cuando intentaba verder a la divina Gioconda a la Galleria degli Uffizi, cuyo director Alfredo Geri, llamò a la policìa. El carpintero contò su historia de un supuesto nacionalismo que le llevò a "devolver" el cuadro a su verdadero dueño, Italia.
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