martes, junio 05, 2012

Kim Phuc

Horror,
dame la mano,
suframos juntos,
el espanto,
la miseria humana.
Fragancia del napalm,
el fòsforo quema y arde
la conciencia del fuego.
Las bombas estallan, 
de maravillosos pùrpuras,
amarillos, el horror quema.
La muerte del enemigo es bella,
santa en el templo Cao Dai,
una aldea de arroz
incinera la luz y la vida.
El arroz no volverà a crecer
y el horror tendrà hijos bellos
al otro lado de la muerte.
¿Dónde estaba el ojo de Dios?
Rolando Gabrielli©2012


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hombres con conciencia de Dios ....no hablemos de existencia o no, para no caer en el Mito, pero "hombres con conciencia de una voluntad superior", y no con esto hago referencia al Sùper hombre de Nietsche......."hombres que incorporaron la banalidad del mal en sus corazones y tomaron partida aùn asì, hacia el otro rostro BUENO Y PURO como categorìas alegòricas...
no hablo de el nazismo donde nos vendieron gatos por liebres, voluntad superior que justifique desapariciòn y borramiento de las diferencias.....digo nuevamente "hombres con conciencia de Dios" como una expresiòn de seres que reconocen algùn OJO que los observe, al menos dentro de su misma caverna interna, de alguna sub-conciencia superior que evalùe sus fuerzas infra humanas de maldad, crueldad, envidia, odio.......si existen esos hombres, "con conciencia de Dios" , entendiendo esto como "hombres cuyos actos son puestos en duda en un tribunal ètico, de inmensa profundidad ontològica.....abriendo la puerta de las preguntas sobre nuestros actos, llamemosle el oràculo , o la funciòn del coro en los griegos, o el ciego y viejo tiresias vaticinando pestes y tragedias......todo sucediò por no detenernos a escucharnos "adentro", buscamos culpables afuera , sea Dios , un ente vacìo, por fuera de nuestra conciencia? no serìa eso como pedirle a un padre borrado la herencia amorosa de la virilidad ausente?
Partimos con una bomba de neutrones la palabra Hombre y Dios, las separamos definitivamente, cuando en sì mismo el hombre lleva en sì la cualidad divina de trascenderse en actos, en obras, en Amor. Què huèrfano no desata en odio? la humanidad huèrfana entonces dio su grito ....
El Ojo del hombre es el Ojo de Dios mirando en minùscula.