Un ciervo corre toda su vida
con su indefensa belleza
La oruga se arrastra,
para volar un tiempo, mariposa
El bìpedo perfecto,
corta el cordòn umbilical,
se oxigena, echa andar, habla,
sospecha que tiene una vida por delante
y no renuncia a tropezar siempre
con la misma piedra
La mujer, en cambio,
se metamorfosea.
Rolando Gabrielli©2012
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