Una gota màs
y Nueva York llora.
Bajo la luz cansada del poema,
ha desaparecido Wall Street,
no hay señal del mundo bursàtil.
Cuando los perros aùllan en silencio,
algo va a pasar,
si es que no ha pasado
Las ratas huyen, no sin razòn,
viajan por las antiguas alcantarillas,
despavoridas.
Los aeropuertos han suspendido sus vuelos,
las calles vacìas estàn inundadas,
el agua busca su curso, se abre paso,
sin pies, ni manos, ni ojos,
su cuerpo pesado atraviesa muros
Nueva York està desierta,
ha cerrado sus dìas y noches
el Central Park,
el Metro es un tùnel de agua
sin pasajeros,
es el mismo subway de las pelìculas,
ha cerrado sus dìas y noches
el Central Park,
el Metro es un tùnel de agua
sin pasajeros,
es el mismo subway de las pelìculas,
las noticias no son alentadoras,
las imàgenes dan vuelta el mundo,
Nueva York es su capital,
no duerme dicen quienes viven allì,
sus luces no se apagan,
la ciudad siempre està viva
Detràs de un parabrisas,
Nueva York es una gota de agua
expandida y agoniza en el cristal
la ciudad màs espectacular del mundo,
no logra salir de su asombro,
nadie corre por sus calles,
el viento derribò sus àrboles,
sobre las casas, los automòviles,
sobre las personas,
la muerte sobrevino.
Definitivamente matò gente,
no solo en Nueva York,
sino en ciudades no tan famosas,
esas que nadie comenta,
ni retratan sus calles melancòlicas,
pobres pueblos sin luz como en Nueva York,
con las últimas hojas de otoño,
se ven como postales arruinadas
por el mal tiempo,
una tormenta no es un vaso de agua.
Los comentarios no superaràn las estadìsticas,
las catàstrofes tienen su escenario
en las grandes ciudades.
Nueva York se reiventa,
es un espectàculo en sì misma,
lo dirà quien la conozca
sin titubear,
no culmina en una punta,
ni tiene una sola orilla.
Es Nueva York,
te dirà cualquier desconocido,
un rìo incontenible.
Rolando Gabrielli©2012
Detràs de un parabrisas,
Nueva York es una gota de agua
expandida y agoniza en el cristal
la ciudad màs espectacular del mundo,
no logra salir de su asombro,
nadie corre por sus calles,
el viento derribò sus àrboles,
sobre las casas, los automòviles,
sobre las personas,
la muerte sobrevino.
Definitivamente matò gente,
no solo en Nueva York,
sino en ciudades no tan famosas,
esas que nadie comenta,
ni retratan sus calles melancòlicas,
pobres pueblos sin luz como en Nueva York,
con las últimas hojas de otoño,
se ven como postales arruinadas
por el mal tiempo,
una tormenta no es un vaso de agua.
Los comentarios no superaràn las estadìsticas,
las catàstrofes tienen su escenario
en las grandes ciudades.
Nueva York se reiventa,
es un espectàculo en sì misma,
lo dirà quien la conozca
sin titubear,
no culmina en una punta,
ni tiene una sola orilla.
Es Nueva York,
te dirà cualquier desconocido,
un rìo incontenible.
Rolando Gabrielli©2012
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