Violeta buscaba un sitio eriazo,
dónde poner su cuerpo y canto,
la música de su voz
ronca,
dónde reír y llorar
los angelitos vivos y muertos.
La soledad respiraba en su cuerpo,
primaveras e inviernos muertos.
Buscaba un sitio
eriazo,
un claro rodeado de álamos
y encinas algo huérfanos
para levantar su carpa y su canto,
más alto y más alto que un pájaro
de la cordillera volando.
Violeta buscaba un sitio eriazo,
donde enterrar su vida y
su muerte
y vivir en su canto,
un claro rodeado de álamos
y encinas algo huérfanos,
donde reír y llorar,
los angelitos vivos y muertos.
Rolando Gabrielli©2013
2 comentarios:
Hermoso el poema de Violeta ...y esa carpa.....marca su vida....floja de techo, de bienes y rica en dignidad, en lucha, en poesìa, un dolor hecho resistencia. Imposible que no llegue al corazòn cuando se habla de Violeta.
Un gran vacìo le hicieron a Violeta, en esa carpa preparada para muchos donde entraron pocos, la suicidada por la sociedad como Vincent.
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