Al color de Matisse le bastaba el color,
la luz de la infancia
que devolvía en otros ojos,
los matices de un Matisse único,
plácido en el altar de la belleza.
Matisse es Matisse,
un trazo impecable descubro,
yo que no pinto en esta
realidad
de la musa y su silla al desnudo.
Rolando Gabrielli©2013
1 comentario:
....Què importante dar palabras al mundo.
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